Rogelio Guedea

Rogelio Guedea nació en México el 1 de abril de 1974 y es un prolífico escritor, reconocido en todos los puntos cardinales de su tierra. Entre los géneros que cultiva se encuentran la poesía, la narrativa y el ensayo. Por otra parte se licenció como abogado y dicta clases de literatura en la Universidad de Letras de Córdoba, en España. Su otra faceta lingüística es el periodismo; colabora como columnista en diferentes medios de difusión, como el periódico Ecos de la Costa. Cabe mencionar que a lo largo de su vida ha recibido muchos galardones; en el año 2008, por ejemplo, se le condecoró con el Adonáis de poesía, uno de los más prestigiosos de habla hispana.
Entre sus obras poéticas publicadas podemos mencionar "Los dolores de la carne", "Mientras olvido" y "Borrador"; entre sus novelas, "Conducir un tráiler" y "Vidas secretas". Además muchos de sus poemas han sido seleccionados para ser incluidos en diversas antologías de poesía mexicana actual, como "Árbol de variada luz". A continuación, ofrecemos una selección de sus mejores poemas, para conocer al autor a través de sus propios versos. Algunos de los títulos presentes son "Ayer escuché una canción", "No termino de acostumbrarme" y "Herido busco mi país".

Poemas de Rogelio Guedea

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Rogelio Guedea:

ayer escuché una canción...

ayer escuché una canción que se parecía mucho
a tu cuerpo. o sea que estuve triste de adioses toda
la noche. de ausencias. estuve triste porque la canción
no terminaba y era como tu cuerpo. a veces me pregunto
cómo pudiste aparecer a tan altas horas de mi dolor. me
pregunto por qué con la soledad siempre me encuentro.
te digo que ayer escuché una canción que se parecía mucho
a tu cuerpo. y me sentí como un condenado. como un
pajarito cantando arriba de un árbol seco.

el día de tu muerte...

-jaime sabines, a tu memoria-



el día de tu muerte se hizo un árbol de fuego
en lo más dulce de mi mujer. el día de tu muerte.
cayeron pájaros del costado izquierdo de mi mujer.
una bugambilia le nació. le nació uno de esos
dolores que te dolían. eras lento con esos dolores.
amargo como un animal herido. y nunca supiste
que mi mujer lloraba leyendo tu pasión. por las
noches la encontraba leyendo tu pasión y ahí mismo
le volaban astros. claridades. una pena se desprendía
de tus manos y arrastraba como ramita a mi mujer.
la bajaba del cielo a mis brazos pasando por tu alma.
quiero decir por ese páramo donde cabalgas o haces
brechas para que camine yo. por eso una noche mi
mujer ató soles. hierbas dulces. ella misma juntó
el amor que derramaba. jaime. y te abrigó.

cómo ato mis ojos a los tuyos...

cómo ato mis ojos a los tuyos. cómo callo la mano
que te escribe. mi mano no deja de nombrarte. de
noche se levanta. vela tu ser. poda tu cuerpo o mar
o cielo muchamente. no te deja descansar. bebe de
tu agua todo el existir. deja de nombrarla. mano. le
grito. le suplico. deja tu pasión o lumbre arrasadora.
pero mi mano filosofa y piensa y hace rayos. albas.
hace calor para arroparte. gira como mundo alrededor
de ti. abierta oscuridad que pace mi temblor. solita
mano bañada de coraje.

el mundo nunca fue de nuestra parte...

el mundo nunca fue de nuestra parte. viejo. o sea
que podemos conversar. podemos hacer batallas contra
su desgracia. contra el desastre que nos recorrió desde
la vez primera. desde la vez primera me doliste. viejo.
me dolió que tu verdugo fuera dios. que te quitara la
telita del cierto amor. que te dejara como un desgraciado.
de caído no te levantaste. y yo no podía quitarle la sarna
a tu destino. le disparé. le tiré piedras a dios. lo maldije
como a puta o gobierno de mi país. lo traté peor que a
ladrón. y era como si dios se tapara con pasto los oídos.
era como un paisaje donde no estás. como si de pronto
me cayó tu porvenir encima. viejo. por eso no nos olvidamos.

mi país es más pequeño que tu cuerpo...

mi país es más pequeño que tu cuerpo. mujer.
mi país no cobija como tus manos. realmente
no incendia o alborota. no hay sombras como
las que te beso. no hay una colina para ver el
mar. desde ti yo puedo ver el mar o el alma. desde
ti yo puedo combatir. en ti me riego. me despeño.
me puedo desatar como ladrido. en mi país no.
mi país tiene agujeros donde no cabe la esperanza.
dedos condenadores. rabias que no perdonan.
en cambio tus ojos me hacen ver lo real. alegrías
que alegraré. tristezas. cielos como tus pechos
tibios. ninguna muerte. mujer. se atrevería a
morirlos. ellos abrigarán mi última desdicha.

no termino de acostumbrarme...

no termino de acostumbrarme a ver mi casa
rodeada de tanta agua. me duelen los barcos de
cádiz. me duelen los pañuelos del adiós. extraño
los mercados de oaxaca. extraño a la tía tita. ¿te
acuerdas de la tía tita? por qué no la olvido. mujer.
por qué la tía tita viene como ola o viento fuerte.
como tiranía. por qué gobierna mi llorar. la tía tita
hace que me nazcan sombras. costras de amargura.
me alegra noches. me alegra tus manos tan lejanas.
lejos están tus manos. mujer. tus manos son como
milagros. tus manos me hacen saltar abismos. me
hacen matar. yo por tus manos podría nadar el mundo.
podría incendiar la soledad que cómo se me derrama
en esta noche.