Dulce María Loynaz

Dulce María Loynaz fue una de las poetisas más importantes tanto en su tierra como en el mundo entero; nació en la ciudad de La Habana el 10 de diciembre de 1902 y falleció allí también el 27 de abril de 1997. Sus hermanos también cultivaron la poesía, aunque sólo ella dio el siguiente paso y se atrevió a publicar sus obras. Luego de haber recibido una educación privilegiada, gracias a la acomodada posición de su familia, se doctoró en Leyes y sus años de dedicación a su carrera fueron premiados con la Orden González Lanuza, convirtiéndola en la primera mujer en recibirla. Durante casi dos décadas, colaboró con el diario La Nación de su región, donde publicó sus primeras poesías.
Como escritora cultivó más de un género y recibió importantes premios, como el Cervantes y el Nacional de Literatura en Cuba. Además fue nombrada miembro de número en la Academia Cubana de la Lengua. En su vasta obra encontramos los poemarios "Juegos de agua", "Poemas náufragos", "Melancolía de otoño" y "Poemas sin nombre", la novela "Jardín", admirada por Gabriela Mistral, sus ensayos "Canto a la mujer" y "La palabra en el aire" y los epistolarios "Cartas a Julio Orlando" y "Cartas de Egipto", inspirado en un viaje que realizó con su madre.

Poemas de Dulce María Loynaz

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Dulce María Loynaz:

ETERNIDAD


No quiero, si es posible
que mi beneficio desaparezca,
sino que viva y dure toda la vida de mi amigo.

Séneca

En mi jardín hay rosas:
Yo no te quiero dar
las rosas que mañana...
Mañana no tendrás.

En mi jardín hay pájaros
con cantos de cristal:
No te los doy, que tienen
alas para volar...

En mi jardín abejas
labran fino panal:
¡Dulzura de un minuto...
no te la quiero dar!

Para ti lo infinito
o nada; lo inmortal
o esta muda tristeza
que no comprenderás...

La tristeza sin nombre
de no tener que dar
a quien lleva en la frente
algo de eternidad...

Deja, deja el jardín...
no toques el rosal:
Las cosas que se mueren
no se deben tocar.

TIEMPO


1

El beso que no te di
se me ha vuelto estrella dentro...
¡Quién lo pudiera tornar
-y en tu boca...-otra vez beso!

2

Quién pudiera como el río
ser fugitivo y eterno:
Partir, llegar, pasar siempre
y ser siempre el río fresco...

3

Es tarde para la rosa.
Es pronto para el invierno.
Mi hora no está en el reloj...
¡Me quedé fuera del tiempo!...

4

Tarde, pronto, ayer perdido...
mañana inlogrado, incierto
hoy... ¡Medidas que no pueden
fijar, sujetar un beso!...

5

Un kilómetro de luz,
un gramo de pensamiento...
(De noche el reloj que late
es el corazón del tiempo...)

6

Voy a medirme el amor
con una cinta de acero:
Una punta en la montaña
La otra... ¡clávala en el viento!

BALADA DEL AMOR TARDIO


Amor que llegas tarde,
tráeme al menos la paz:
Amor de atardecer, ¿por qué extraviado
camino llegas a mi soledad?

Amor que me has buscado sin buscarte,
no sé qué vale más:
la palabra que vas a decirme
o la que yo no digo ya...

Amor... ¿No sientes frío? Soy la luna:
Tengo la muerte blanca y la verdad
lejana... -No me des tus rosas frescas;
soy grave para rosas. Dame el mar...

Amor que llegas tarde, no me viste
ayer cuando cantaba en el trigal...
Amor de mi silencio y mi cansancio,
hoy no me hagas llorar.

EL ESPEJO


Este espejo colgado a la pared,
donde a veces me miro de pasada...
es un estanque muerto que han traído
a la casa.
Cadáver de un estanque es el espejo:
Agua inmóvil y rígida que guarda
dentro de ella colores todavía,
remembranzas
de sol, de sombra... -filos de horizontes
movibles, de la vida que arde y pasa
en derredor y vuelve y no se quema
nunca... -Vaga
reminiscencia que cuajó en el vidrio
y no puede volverse a la lejana
tierra donde arrancaron el estanque,
aún blancas
de luna y de jazmín, aún temblorosas
de lluvias y de pájaros, sus aguas...
Esta es agua amansada por la muerte:
Es fantasma
de un agua viva que brillara un día,
libre en el mundo, tibia, soleada...
¡Abierta al viento alegre que la hacía
bailar...! No baila
más el agua; no copiará los soles
de cada día. Apenas si la alcanza
el rayo mustio que se filtra por
la ventana.
¿En qué frío te helaron tanto tiempo
estanque vertical, que no derramas
tu chorro por la alfombra, que no vuelcas
en la sala
tus paisajes remotos y tu luz
espectral? Agua gris cristalizada,
espejo mío donde algunas veces
tan lejana
me vi, que tuve miedo de quedarme
allí dentro por siempre...Despegada
de mí misma, perdida en ese légamo
de ceniza de estrellas apagadas...

JUEGOS DE AGUA


Los juegos de agua brillan a la luz de la luna
como si fueran largos collares de diamantes:
Los juegos de agua ríen en la sombra...Y se enlazan
y cruzan y cintilan dibujando radiantes
garabatos de estrellas...
Hay que apretar el agua
para que suba fina y alta...Un temblor de espumas
la deshace en el aire; la vuelve a unir...desciende
luego, abriéndose en lentos abanicos de plumas...

Pero no irá muy lejos...Esta es agua sonámbula
que baila y que camina por el filo de un sueño,
transida de horizontes en fuga, de paisajes
que no existen...Soplada por un grifo pequeño.

¡Agua de siete velos desnudándote y nunca
desnuda! ¡Cuándo un chorro tendrás que rompa el broche
de mármol que te ciñe, y al fin por un instante
alcance a traspasar como espada, la Noche!

POEMA XXX


Soledad, soledad siempre soñada... Te amo tanto, que temo
a veces que Dios me castigue algún día llenándome la vida
de ti...

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