Así mismo Soledad

César Ávila García (C. Fischeri)

Como de acuerdos entre los hechos y los sueños sin tenerlos.

Como el de una boca tirana que ya nada tiene que reclamar:

alma que no se mueve por falta de en otra suspirar.

Que soluciona males y al bien reafirma;

contradicción de la senda transitada.

 

Concede escribir con ritmos del según sentir,

al corazón sin tiento sintiendo,

saborear un pan sin encontrarse muerto;

frente al papel con ideas en las sienes

–con gritos agudos y falsetes de un blues en Re–,

sin cuestionar los besos simulados,

y en pasos jamás andados: hallarse.

 

Precisas lo que somos del corazón

al ritmo del arpa que nunca calla.

Devuelves la libertad de estar muerto murmurando,

como en ofrenda el día en que volvemos a lo que uno más quiere,

aun estando en vida.

Te ubicas en el renacer de los recuerdos

enternecedores y dichosos dentro del alma;

igual que en la pregunta sin futuro las respuestas se hallan…

acompañas y vienes a dar la esperanza

que fortifica con el más puro sentimiento de amor propio.

 

Flor enaltecida por la niñez adulada:

asombro como encantadora de cada mañana.

Dicha dentro del alma en que ya no hay más que un sol amaneciendo,

porque en eso de estar solo –a cada instante–:

uno decide cuándo anochece y cuándo amanece.

 

Contigo revivo, solo vivo:

A costa de la tempestad, alegría o amargura.

En ti, ser prisionero de mis pensamientos e ilusiones destapadas,

existes en la idea para que mañana siga yo cantando y gritando: ¡Vivo!

Aun cuando en el extremo de ti, se halle todo y nada…

 

¡Amiga, a ti que por tanto te llaman Soledad!

Por eso contigo, me gusta estar.

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Comentarios1

  • jvnavarro

    La soledad si bien se trata bien acompaña en los poemas
    Un saludo



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