Nieve y fuego

Jorge de Jesús Fuentes Davison

¡Oh cuán lejos de ti, Cristo, me siento!
Aquí encallé. . . Mi embarcación se hunde. 
Vivo de cara y a merced del viento,
y, en el cieno, mi barro se confunde.
 
Pero sé –¡bien lo sé!– que me has salvado;
que tu cruz roturó toda mi senda;
que hay siempre un cauce que a tu mar descienda;
siempre, un rincón, en tu redil sagrado.
 
¡Oh, cuán altas y hermosas tus hazañas!. . .
Qué limitado el corazón y el arte. 
Quién me diera, mi Dios, para alabarte,
¡nieve en la cumbre y fuego en las entrañas!

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Comentarios2

  • Francisco Javier G. Aguado 😉

    Bonita composición, Jorge de Jesus.
    "Pero sé –¡bien lo sé!– que me has salvado;
    que tu cruz roturó toda mi senda;
    que hay siempre un cauce que a tu mar descienda;
    siempre, un rincón, en tu redil sagrado."

    Saludos cordiales.

  • Omaris Redman

    Muy sentidas letras!



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