Te pienso

Meditatio mortis. 

La Filosofía como preparación 
para la muerte. 

—Sócrates.

Es un continuo muero
por ti, un martilleo constante,
contante y sonante, ronroneante,
rompiente,  nunca descansante,
de noche, de mañana, de tarde, 
por las buenas, por las malas,
en singular, en plural, en género
neutro, gota de agua que sin cesar
cae de un grifo mal ajustado, cloc, 
cloc, cloc, recurrente, perforante. 
De mañana te sueño, de noche
te despierto para que veles las horas
que permanezco inconsciente, ajeno
a tus ojos, a tus labios, a tu sonrisa, 
sediento de contemplarte recortada
sobre el respaldo de tu cama, veteada
de tonos caoba sobre madera gris, tú,
apoyada en lo que a la cabeza concierne
sobre la fortaleza de sus tornillos, sueñas,
te dejas llevar en tus ansias de mí, fantasía
animada de ayer y de hoy, de ardiente ahora, 
te pienso en lo que te guardas que sientes,
te pienso en el miedo, en la trascendencia
de un paso, de dos, de arrepentirte de volar
hacia mis brazos, de que el rosario de sucesos
que acontezca sea de un irreversible insoportable
desde ese vernos, ese vernos insalvable, ineludible, 
ese qué pasará, ese no desencadenar en mí algo 
que te haga arrepentirte de lo ocurrido, de lo sentido, 
de lo deseado, y yo no hago más que decirte que no,
que no pienses, que el corazón tiene poderosas razones
que la razón no entiende, y que él es soberano, sabio,
que nunca se equivoca porque no piensa, y que pensar
lleva inexorablemente al error, al fracaso flagrante,
a una muerte anunciada que no merece lo que sentimos. 
No puedo otra cosa que pensar en ti, sentir en mí
por ti, y por eso no me queda otra opción vital 
que escribir sobre ti, de ti, en ti —de escribirte—. 
Estaré esperando tu travesía de vernos, seré paciente,
comprensivo, aún mi exasperante deseo de tenerte. 
Siempre para ti, tuyo. ILYSM.