al Sr. Jorge Molina

Elizabeth Maldonado Manzanero

Si estuvieras aquí segura estoy que con la diestra

pintarías escenarios de regocijo donde subsistir.

Cada letra trazada sería un precio del aliento

de esos que se queda en las almohadas,

construirías los sueños…

Te amarrarías la piel a las ganas de existir,

si estuvieras aquí crearías nuevos amaneceres

en piel o papel, porque en tus ojos claramente

se vislumbraba que sabias disfrutar la sencillez.

Si estuvieras aquí, conversarías poco

escuchando para reaprender, sin ver que tú

enseñabas con la modelación y no la charla.

Tu pincel retrataba tu alma, utilizando el negro,

Para resaltar la forma, el rojo para enardecer todo,

el blanco de tus manos amasó

el talento, la paciencia y el silencio.

Pero, te moriste regresaste al color del cielo

¿Quién iba a decir que el amarillo, el ocre

habría de pintar de nuevo tu universo?

Descansas sobre la Tierra y vives en los recuerdos

Embriagados en el interior de los propios anhelos

podemos hallar una lágrima que desaparece

con el tiempo, y que sigue conquistando

como las flores cuando se marchitan

y ese color amarillento sigue en clavado a las pupilas,

como la pluma de un ave que al caer mantiene

en el color la vida, seguramente tu pupila percibe

ya los más recónditos de los secretos mas nada

nada has de decirnos porque tu silencio se hace eterno.

Todos habremos de irnos, la Tierra guardará

nuestros despojos, nuestros miedos

conjuntamente quienes somos y nos iremos borrando

borrando de todo recuerdo y, sin embargo, tu  

has alcanzado la  inmortalidad en la tristeza,

ya cubres de una gama de colores el universo del sentir.

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