Retales

Mercedes Bou Ibáñez



 

Retales

Vi que aporreaba un piano
un profano en la materia
pensando era cosa seria
aquel estruendo infernal.
A su lado los chillidos
de cuando capan al cerdo,
-esté conmigo de acuerdo-,
son música celestial.

Lo mismo ocurre en el verso,
mas sigo mi propia pauta
y a veces suena mi flauta
de puta casualidad.
Mas no por eso me pienso
haber llegado a la cima,
y no dejo que me oprima
los sesos la vanidad.

¿Antes que el sol se levante?
¿O quizás sea otra cosa,
lo que esa mujer hermosa
espera que bien se plante?
Luce muy bonito el cante
en décima refinada,
la rima bien colocada
y un ritmo que sabe a fresco,
es la décima un refresco
a la mente atribulada.

Y yo recuerdo poemas
que mi novio me escribía,
e imagina amiga mía.
la ternura y la pasión,
que al leerlas me inundaba.
Mientras un rayo de luna
sin sentir vergüenza alguna
me besaba en el mentón.

La felicidad se esconde,
no se vende en las esquinas
y suele tener espinas
que arañan a la ilusión.
Mas quien la busca la encuentra
si algún interés le pone,
aunque solo Dios dispone
cuando darla y cuando no.

 A tu mesa nunca invites
al cuñado en nochebuena
pues nunca dará por buena
cada frase que tú cites
y te amargará la cena.

Pobre el pájaro sin nido
que tiene que dormir solo,
haciendo su vida un dolo
por ser muy poco atrevido
y ser un cabeza bolo.

Bueno el jarabe de menta,
dicen que la "dicha" aumenta,
pero hay una letra De
que por motivos de imprenta
tuviera que ser la Pe.

¿Con qué quieres babosadas?
A buen lugar has venido,
mi menda tiene ya el nido
a falta de cochinadas
que me lo dejen pulido.

Hablando sobre la joda,
si es la de joder, me gusta,
como broma, ya me asusta,
pues si te la dan con toda
eso te desbarajusta.

Mercedes Bou Ibáñez

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