Madre Tierra Universal

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• Universo que se conforma, 

melodía que se va gestando, 

gama de inmensa y sorpresiva dulzura, 

que baila al son de un mágico y misterioso violín.

 

Tal dulzura transmiten sus cuerdas

 al vaivén del sol y el fa,

 se convierten en coloridos destellos que explotan con el ritmo,

 y aquellos sonidos dejan de ser notas para volverse sorpresivas gotas.

 

Pequeñas y minúsculas caen suave y dulcemente,

a través de la delicada y frágil piel de una mujer. 

Una tras otra guían sus pasos y van dejando huellas

 que pronto se convertirán en agua y en llanto.

 

Y el llanto será el manto encargado de cubrir 

- sagrado y dócil – 

las manos de aquella que con fuerza y dulzura

escogió ser madre.

 

Libera la gota que se convertirá en semilla,

toca la nota que será oída por los dioses,

y derrama la llama sagrada de amor

¡Grita con fulgor y pasión, que pronto madre tierra universal danzaras sin

pensar!

 

Vuélvete fraternal, romántica y poderosa mujer

abre el pecho con orgullo,  que ante la luz del sol y el destello de la luna, 

eres la gota que alberga la esperanza,

eres el cántaro que contendrá un nuevo universo.

Por eso, mujer sin miedo,

rebalsa los límites de la cordura,

envaina la daga del poder y la feminidad,

atrévete a sostener el pétalo latente de un corazón entre tus fríos dedos.

 

¡Es suficiente! ¡Deja ya mujer! 

que la dulce miel tiña tus huellas

y la responsabilidad que has decidido adoptar,

entregue sin titubear al fin, el tan esperado respiro. 

 

¡Canta, canta, canta!

en sol, en fa o en si.

Sagrada eres por llevar en ti el equilibrio

y la sabiduría de todo un clan.

 

¡Qué bello!

¡Qué dulce!

¡Qué fantástico!

¡Qué festejo lo que ha de ocurrir!

 

Allá, en la lejanía de las estrellas, 

las millones de esferas bailan, danzan y gozan,

la posibilidad de unirse a la sagrada y majestuosa mujer,

que con amor entregó su cuerpo al milagro…

 

Ahora, bella y en paz,

envaina su fuerza,

se expande y estremece para luego soltar el halo

de millones de esferas lumínicas.

 

Todo es un ir y venir, una exploración que empieza más allá de lo que logra

captar la mente humana y es, en las alturas inalcanzables de la mirada, 

donde las esferas de luz juguetean, millones, miles e infinitas

se entrelazan coloridas y dan principio al festejo, a la explosión de luz y

oscuridad.

 

Y entre ires y venires, chocan entre sí, se tocan, se aíslan, se sienten, 

deseosas e impacientes se repliegan y se esparcen en los diferentes

universos.

Todas ya están listas, dispuestas y decididas

a participar del tan anhelado viaje.

 

Y es, en completa serenidad, 

con el toque preciso de seguridad y la pizca exacta de exaltación,

que van tomando su lugar una tras otra,

dentro de la inmensidad del éter.

 

¡Lucecitas de colores misteriosas se tocan!, 

se entrelazan y traspasan entre ellas, y observan que a través es fuera y fuera

es dentro, que no existe melodía, sino armonía, y que sin armonía… ¡no hay

fantasía!

Que el orden es lo innatural.

 

Y lo que sucede se acepta, no se entiende ni planifica.

¡Qué magnífico es observar la inconsistencia de la mente y la pureza del alma!

¡Danza en libertad lucecita! qué caparazón no existe, 

y las ligaduras son aún dulces y suaves nubes que sostienen tu santa pureza. 

 

Muévete y explora el mágico mundo de lo irreal.

Sumérgete en las profundidades más altas de las estrellas, 

y canta junto a ellas y a la luna, 

¡Qué eres todo en uno y uno en todo!

Y sabiendo ya,

que el uno es el todo y el todo es el uno,

emprende, de una vez y sin titubear,

la marcha a la tan anhelada y esperada vida.

 

¡Qué parte más divertida la que te ha tocado esta vez!

Ahora las luces caen sobre ti, los astros, los planetas y cientos de estrellas,

se alinean para entregarte el universo simplificado y amplificado, 

en el centro de lo que en un futuro será tu sagrado y santo corazón.

 

Y eres tú, la que entre millones de deseosos

y carismáticos colores te lanzas al fondo del mundo

en búsqueda de ese algo, 

de esa humilde, pura y anhelada sabiduría.

 

Y es el bendito

y más puro amor existente, 

que tú hayas decidido adentrarte

en este divertido laberinto de posibilidades.

 

Son personas, son familias y clanes, son cientos de almas

que decidieron alinearse sobre ti 

y que volverán a evidenciar la sabiduría 

y el poder del amor que escondes.

 

Nada más y nada menos 

que en tu bello y fraternal reflejo

¡Qué color más bello el de tu alma! 

que ahora se expande entre tu esencia y tu materia…

 

La vida que observas bajo los rayos de tu luz, pareciera ser un suspiro.

Un pequeño lapsus de tiempo,

tiempo que, comparado a tu magnificencia y trayectoria,

no es más que un insignificante segundo. 

 

Pero, querida y pequeña llama, 

mi más bellísima alma, mi más puro y santo éter, 

no importan los eones e infinidades de experiencias 

que hayan transcurrido en tu sagrado universo... 

 

La vida seguirá siendo para ti la gran y maravillosa oportunidad de crecer, 

desde el minúsculo y misterioso suelo al más insaciable cielo.

Y lo que has recogido, guardado e impreso en tus partículas 

quedará como tal, olvidado en el espacio y tiempo.

 

Es parte del proceso, de la libertad y tu sabiduría, despojarte.

Y es parte del juego, olvidar, porque ya todos sabemos que es la única manera

que tenemos, 

la única forma que hemos sostenido, 

a lo largo de eones y fracciones de tiempo.

 

Es la real e intangible sabiduría del maestro, 

comprender que así se gesta,

y que sólo así se proporciona a la impaciencia, 

la paciencia.

 

Y es en ella y con ella, 

que podemos seguir nutriendo

- sin expectativa y con total apertura –

nuestra santa y sagrada alma. 

 

Aún pareciera ser que las nubes,

que suavizan y calman 

tus suaves y bellos destellos,

serán por siempre armoniosas almohadas…

Pero conocemos y sabemos, que el camino puede dejar de ser la suave

almohada, 

que la pintura puede revolotear en varias direcciones para manchar nuestras

palmas

que el tiempo, a veces, puede parecer un tormento

- para una mente estructurada y cuadrada -

 

Pero ¿Qué importancia y relevancia tiene? ¡Ninguna!,

porque en nuestro primer estado,siempre sabremos que la forma es

inexistente; 

que la direccionalidad varía y da amplitud a la vista,

que la mancha en la palma es creatividad y arte 

y que el tormento es oportunidad de ser, en expansión la partícula expandida

del éter en el pulmón.