El tronco

Anagracia

El sueño se desarrolló de esta manera:

 

En un tronco de árbol, que había sido cortado,

allí en su superficie encendí el fuego.

Pocas cosas tenía, en realidad casi nada.

Alimenté el fuego con hojas secas, ramas, tronquitos.

El fuego se encendía, con un ardor creciente. No veía lo que asaba.

Luego un trozo de carne se cocinaba jugoso.

Mi abuela había sacado una porción y me decía:

Qué rico está este asado.

Y sonreía.

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