"MAIGRET AL HABLA"

“MAIGRET AL HABLA”

 

El comisario Maigret, de Simenon, se ocupa con frecuencia

tanto de las personas indocumentadas

como de los asesinos importantes. La verdad es

que conoce bien las calles de su ciudad, los hoteles,

que había mucho en juego en París en aquel tiempo,

muchas personas víctimas y algunos desocupados

merodeadores,

con noches de farra, con días como con melancolía

bajo el cielo de plomo lluvioso,

y con el humo de las chimeneas

como aplastado contra las farolas urbanas.

Todo un lujo de detalles al alcance

de sus manos grandotas y de su pipa

y de sus anteojos para vista cansada.

 

Las calles a veces huelen mal, y a veces

parecen risueñas bajo el momento de luz

solar que entreabre las nubes, que va

como horadando las paredes y haciendo

salir los secretos de los delincuentes.

Maigret no usa lupa,

se basta con sus ojos inquietos, chispeantes

y sus manos grandotas de hombre corpulento

para cotillear con buen fin por todas partes,

y para entretenerse con cualquier detalle o movimiento,

y para descubrir la Verdad en cualquier formato.

Y después de cada paso inseguro o paso atrás, sorprender

con una nueva aproximación, con un progreso notable,

y en la última hora añadir a sus pesquisas policiales

otro conocimiento mínimo pero definitivo,

la conclusión que asombra a los lectores.

 

Gaspar Jover Polo