El bote del azúcar.

Irene..

Las cosas más simples e importantes, son las que dan la verdadera felicidad,

eso lo aprendes cuando la muerte, de llegar a visitarte sabe, hasta dónde guardas el azúcar:

 

El fuerte abrazo largo e intenso de un cariño omnipresente, la brisa fresca de la playa, bailar las hojas alfombradas del otoño.

 

Que un bebé te devuelva la sonrisa, acariciar con mimo a tu perrito que siempre te bienvenida.

Comprarte algo para ti mismo, y que te lo envuelvan regalándotelo.

 

La ayuda desinteresada de alguien sin pedir ni  recibir nada a cambio.

 

La agradable conversación momentánea de un desconocido, en ese divertido reconocimiento de las rutinas de lo cotidiano,

como hablar del alto  precio de la comida en el súper, o de la puntualidad madrugona del metro.

 

Sentirte bien por hacer lo que te apetece en cada segundo de victoriosa y super-viviente libertad.

Comer no saludable, de vez en cuando guarrerías, bañarte en invierno, taparte en verano,  rascarte las marcas de las medias.

 

Convertir tu casa en un sueño florecido de a campo abierto hecho realidad de juguetes.

Tender la ropa por  radiantes colores haciendo la bandera del hogar.

 

Echar a correr de repente la alegría entre las cosquillas de los pies.

 

Bailar con el presente huidizo antes de que sea demasiado tarde para la vida.

 

Sentirte bienamada ,y acurrucarte en esa incondicional y correspondida manta del verdadero afecto que no aprieta ni enfría

sino que abriga la feliz piel de la seguridad latida, entre respiraciones de calidez.

 

Saber que siempre habrá alguien en la cualquiera hora de la llamada imprevista del  porque me apetecía.

 

 

Saborear las chuches de las promesas cumplidas, a puñados de dulzura.

 

Poetizar a la gente sencilla, que por eso es el verso más grande, porque te quiere y te da sin coste-precio ni el a cambio de esperar algo

es el tomate de la bondad, pura fresca y maravillosa siempre roja del querer.

 

Creerse lo imposible, por más que lo repita y tripita en convencida negación la sola oscuridad solitaria.

 

Defender a grito pelado y a susurro sin mondar, a quien piensa lo contrario de ti,  por respeto dignidad y derecho a disentir de tono.

 

Regalar fuera de fechas, dormir fuera de horas, y amar dentro de lo infinito ilimitado.

 

Sentir la coherencia de la mañana con el Sol dentro de los párpados.

 

 Porque Vivir sin venir a cuento es el colorín colorado de la Felicidad.

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Comentarios3

  • Omaris Redman

    "Regalar fuera de fechas, dormir fuera de horas, y amar dentro de lo infinito ilimitado."

    Hermosos letras!

    • Irene..

      Muchísimas Gracias Omaris.Un fuerte abrazo.

    • Martha patricia B

      Amiga un encanto tus letras con verdades encantadoramente cotidianas y de buen sentir y vivir. Me gustó mucho abracitos

      • Irene..

        Mi inmensa y cálida gratitud Martha, un horizonte de abrazos amanecido de lavandas.

      • Lualpri

        Realmente, muy bonitas letras.
        Gracias.



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