ENGAÑADO

JUSTO ALDÚ

 

Aquella tarde cargaron
los lirios y los claveles
y el ataúd con mil flores
al sepulcro se llevaron. 

Cuentan que el enterrador
jamás supo quién era, 
pero entre llantos y espera
palpo el inmenso dolor.

¡La quería! -dijo uno-
de los muchos asistentes
sin pensar que entre la gente
había otro enamorado. 

Estoy ahora arrepentido
de aquella vida cegar
mas nunca he de olvidar
el crimen ya cometido. 

La vi de lejos con otro
muy tomada de la mano.
Me repetí: ¡Cálmate! en vano
mientras bajaba del auto.

Jamás pude imaginar
el momento del destino,
porque yo tengo buen tino
a la hora de matar.

No quiero justificar
a mi mente enceguecida
por los celos de homicida
ahora tengo que pagar.

La maté Dios me perdone 
no encontré otra salida 
para curar esta herida
ojalá esto funcione.

Aunque no creo que Dios
a mi me perdone un día
la maligna cofradía 
haberla puesto en un podio.

A él lo creí villano 
que la iba a enamorar 
por eso no pude evitar 
apuñalar a su hermano.

Quiso Dios que viviera
y tenerla que mirar
ver su cuerpo bajar
sin despedirme siquiera.

Es lo que pasa señores
cuando se quiere creer
que nunca irás a caer 
en este mundo de amores.

O vestir las ilusiones 
tejidas con papelitos
los  grandes y los chiquitos
tenemos abdicaciones.

Maté a la ingrata mujer
y concluí mi acción, 
aunque no hay explicación 
que al juez haga comprender.

Luego de veinte años
y con los pies descalzos
me dijo: vas al cadalzo
a pagar tu obstinación.

Y aunque ahora me arrepiento 
lo hecho siempre estará, 
aquel fornido sujeto 
que apuñalie sin respeto 
sin saber yo la  verdad.

En celos no hay que confiar
y nunca mirarse en ellos. 
los  grandes, estos y aquellos 
bien te pueden engañar. 

Justo Aldu
Panameño
Derechos Reservados©

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