Entre el aroma de las flores

Jose Raul Morales Cornejo

Es verdad, hay secretos que duelen, silencios que delatan, y miradas que preguntan lo que los labios ni siquiera pueden pronunciar, en soledad solo se vive de recuerdos y en ellos el martirio de un adiós.

 

Sí, ésta es mi vida, mi historia, mi secreto. Siempre sufrí de heridas y aunque con dolor, también aprendí de ellas, jamás he pronunciado ni pronunciaré nombre alguno, porque el pasado, pasado es.

 

Tantas veces me perdí en otra mirada, que ni cuenta me di, que estaba en el camino equivocado, y después de eso, mis ojos lloraron muchas veces, fueron tantos los motivos que ya ni sé cual me dolió más.

 

Sí, mi silencio dice mil cosas, más de mis labios, jamás ha habido queja alguna. Muchos han preguntado el motivo de mi tristeza, yo solo les digo que en la vida, aunque te contradigas, hay silencios que jamás delatan.

 

Y cuando su pregunta es más insistente, les digo; “siempre he sido romántico” tanto, que me gusta besar las flores y frotarlas en mis labios, pues en cada uno de sus pétalos siento bonito al recordar los labios de un bello ángel.

 

También les digo; que siempre me ha gustado soñar con la luna y creo que un día le voy a pedir a Dios padre, me permita mirar a mis hermanos desde el lucero más grande que brilla en el cielo.

 

Así lo deseo, por ahora, solo te puedo decir que mi más grande secreto tiene nombre de mujer. Si lo quieres descubrir, te diré que mis ojos no hablan ni escriben, y mis labios solo besan, a quien ahora está conmigo.

 

Tal vez coincidas conmigo, tal vez no, más te diré; que el destino llevo hasta mi jardín una violeta, un jazmín y un rosal, solo que ya había una magnolia en mi corazón. Y siempre, me ha gustado vivir aunque me hagan sufrir entre el aroma de las flores.

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