MEMORIAS DE UN VIEJO EN RUINAS.

Goza de dominio lo que se posee, como de
Confianza también, la certidumbre de que
Lo que se posee difícilmente se perderá.
Soy tema en la tertulia de hombres con metas
Que ven en mi trasunto de no repetición. 
Los errores Hacen al hombre; más a mi mis errores, miserable.
A mi lado una buena mujer tuve, con quien una familia 
Sostuve, envidiable mi nombre era, más si mis pensamientos 
Conocieran, como un mal ejemplo ellos me tuvieran. 
Pues sin importar que una gran mujer conmigo estuviera 
Yacía en mi el deseo ineludible de que más mujeres vinieran. 
Poco me importaba que clase de mujer fuera 
Ya que solo pretendía alguna aventura pasajera 
Contando en mi hogar con aquella mujer tan buena, 
Pensaba yo nunca se iba a dar cuenta de lo que este 
Viejo hacía en sus andanzas puercas . 
Mujeres iban y venían mientras en casa yo a la mía desprotegía, descuidé mi hogar por mujeres que no me querían. 
Mi fortuna y buena fama solo ellas perseguían
Hasta dejarme en quiebra por creerme aún en lozanía
Perdí todo aquello que tenía, por mi convencimiento 
De que solo y pobre jamás quedaría, gozaba de buena fama
Como también de harta tontería. 
Mi mujer se dio cuenta 
Del hombre con quién estaría el resto de su vida, desapareciendo de la mía como ave despavorida, asustada 
De la bestia a quien cuando necesitaba asistía 
Con diligencia y sin tardía, 
Aquel hombre de buena fama y mujer comprometida 
Pronto de los rumores desaparecía
Ya De aquel hombre a quien consejos le pedían 
No queda ni la sombra de lo que fue algún día.
Hoy se conoce en el pueblo como un hombre en ruinas 
Que como ladrón en fuga con su dignidad perdida 
No tiene otra opción que afrontar lo que hizo
creyendo que lo Correcto hacía.