Aún no te conozco

Christian Dávila

AÚN NO TE CONOZCO 

 

 

Mi niño, mi niña, mi gran campeón o mi dulce princesa, aún no te he visto y ya sé que vas a ser el niño más apuesto, o la mujer más hermosa de toda la existencia; todavía no te conozco y ya puedo decir que me haces y me harás el hombre más feliz de todo el universo.

 

No puedo prometer que vas a nacer en un mundo ejemplar, donde todo es alegría, bondad y claridad, pues eso no depende de mí, pero quiero decirte que lo estoy intentando, que mi mejor esfuerzo siempre estoy dando. Estoy tratando de ayudar en lo que me sea posible para darte un mundo ideal; con cada pequeña acción, con cada pequeño gesto, empezando por dar el ejemplo, empezando por ser honesto, pues quiero darte un mundo tan lleno de vida, tan lleno de amor y tan lleno de humanidad como tú lo serás. Me estoy esforzando para ser la mejor pareja, el mejor esposo y el mejor padre que pueda ser; un buen hombre para ti, para mí, para tu mamá y para todos quienes me rodean. Creo fervientemente que lo estoy logrando, pues deseo y anhelo darte la mejor vida que un padre le pueda dar a su hijo.

 

Aún no te tengo en mis brazos, pero cuando así sea, sé que tu sutil belleza y tu increíble fragilidad me harán recordar que yo siempre te voy a cuidar. Siempre voy a estar detrás de ti, siempre te voy a apoyar, a escuchar, a respetar y a amar.

 

Es curioso, ¿no?, aún no te conozco y ya sé lo mucho que te quiero.

 

Todavía no has nacido, pero te puedo asegurar que tengo muchísimo amor para darte; no me cabe en el corazón todo este amor que por ti ya siento. Quiero amarte con la fuerza de un millón de soles, enseñarte a apreciar las flores bellas; demostrarte que hay amor hasta en los simples girasoles; demostrarte que este amor viajará por las estrellas. Con el tiempo entenderás que lo más lindo está en lo simple de las cosas, que nacimos para amarnos y adorar las mariposas. Poco a poco entenderás que la apariencia no refleja la belleza; es la luz en cada uno; sus principios; sus valores y el color de su nobleza. Es su alma y su canción, es su esencia y su pasión. Lo importante es su alegría y el tamaño de su corazón.

 

Aún no te he visto y sé que contigo voy a conocer el amor a primera vista. Tú eres la luz de mi vida. Todo lo que tengo y lo que soy es para ti, para siempre. Perdóname si al leer esta carta estoy llorando, pero es que tu papá es una persona muy sensible y muy sentimental, y también si hablo de mucho amor, pero, mi bien, el amor es lo que a mi me mueve.

 

Siempre serás mi niño, o mi niña, mi gran campeón o mi dulce princesa, y yo siempre seré tu papá. 

 

 

 

 

 

Te amo hoy, mañana y siempre.

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