Desdenes y perdones. Dueto con Samuel Dixon.

Con placer yo me adelanto,
voy a contar lo que añoro,
mis pasos tendrán el coro,
y sus manos mi quebranto.
Dejaré de sufrir tanto,
por motivos, sin razón.
Pronto tendré otra misión,
donde pueda andar ileso.
Quizás con abrazo y beso,
me devuelvan la emoción.

 

No sufras más de quebranto,
y olvida ya los desdenes,
piensa solo en parabienes,
que no te den desencanto.
Enciende una vela al santo,
y ruégale bendiciones.
Ya no pidas más perdones,
vive tu vida contento.
El tiempo va como el viento,
recreate con  canciones.

 

Llevo el corazón herido,
no sé cuándo sanará,
pero todo acabará,
cuando sea su querido.
El desdén se fue al olvido,
y su nombre me detona.
Me volví mala persona,
por el susto sin dialecto.
Y su mundo es tan perfecto,
aunque finja, me perdona.

 

Si tu corazón va herido,
y tú lo quieres sanar,
pues tendrás que renunciar,
no podrás ser su querido.
Échalo todo al olvido,
descubre un nuevo amor,
desátate del dolor,
oscuro del sufrimiento.
Vive que hoy es tu momento,
disfruta de lo mejor.

 

Solo ella calmará mi pena,
ya no tengo corazón,
es mi dicha y mi pasión,
a la mala y por la buena.
Su prestigio es mi condena,
y al rimar me va pensando.
En su pecho irá guardando,
una puerta sin candado.
Por el susto que me ha dado,
mi reproche es su verbena.

 

Puedes irte de verbena,
te llegarán emociones,
volverán las ilusiones,
y se marchará la pena.
Hora de romper cadena,
vivir tu vida, procura.
Busca una nueva aventura,
y arranca esa obsesión.
Desiste en pedir perdón,
que tu mal no tiene cura.