Quiero olvidarme del ahora presuroso

migreriana


Para huir necesito desarmar esta sensaciòn a pèrdida, a precauciòn,
salpimentar los intentos de felicidad, construir una duplicaciòn de una sonrisa.
¿Algùn poeta puede encontrar con ìmpetu la traviesa agilidad de una pausa
que genere la decisiòn y un armado de valijas hacia el futuro hedonista?
Quiero perderme en la memoria del presente, trepar hacia el previù magestuoso
que se otorga a las damas que sòlo desean pasar por los puentes sin mirar huellas.
Para huir no pretendo flores ni poemas, sòlo me llevo lo que la vida pierde en sucumbir,
los instantes que atrape en el amor, la posibilidad de robar al sol en cualquier deja vù
y los instantes inexplicables en que me perdì en otro ser y me dejè amar.
¿Algùn poeta espera màs que un remolino de fe que interprete las emociones, las redima
y deje que la pasiòn haga lo suyo en el interìn de ese viaje? ¿A quièn se lo pido?
¿Al ahora presuroso, a sus labios errantes a la espera incontenible o a tu yo pensante?


Quiero olvidarme del ahora presuroso, para dedicar el tiempo que me queda a la poesía, encontrando la letra necesaria al placer y sentido de armonia, dejando la pasión descrita con el Alma y corazón de la armonia.
El Hombre de la Rosa


Sin empeños ni resabios
Sean penas u alegria
Golgando de la fé de vida
Aquellas huellas encontradas
Cruzándose sin efluentes
Rios presurosos,caudal del mar
Como tantos otros soñando
Alguien a quien abrazar


Hago de mi yo pensante la aventura de fluir, de que los besos sepan a amor,
y el amor sea una pasión.
Se que allí te encuentras aprisionada entre la dureza de vivir
y el amor que a veces puede ser tan esquivo,
y tan doloroso.
Las pausas para hacer el amor,
requieren un deja vù constante
dónde vale permitirse reír del pasado
y llorar el presente,
la aventura de bailar desnudos hasta el amanecer,
donde las caricias son el comienzo,
los besos para alimentarnos
y el placer de una aventura sin censura.
Dejar fluir y amar,
dejarnos amar,
amarnos.


Ese ahora que distrae al segundo, ese saber nublar
y despertar en la mirada el ligero extremecimiento del deshacer y la ternura que te regala el saber dar.
Ese ahora que presuroso enciende tempestades al viento, esas que vuelan las extremidades riendo,
ese ahora que no vuelve nunca pero como un fhash
se reconoce en el palpitar de un desliz apasionado,


Quiero olvidarme que una vez a tu lado fui feliz,
Que te ame con locura, que te entregue mi alma entera, y mis deseos de vivir,
Cuando entre besos y caricias nos amamos en las soleadas tardes de abril , donde yo era tu fiel amante y tu el lugar donde mis penas llegaban a su fin, para asi sentirnos libres y con muchas ganas de vivir, de comernos besos con tan solo un roce de las manos, como si el dia no tuviera fin.
Jorge Serra.

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