MI VERDAD

 

Nunca existió lo que recuerdo,

Son fotos de muertos, tan modernas,

Son el papel de la bombilla “mata incestos”,

Son los grifos amarillos tras la puerta,

es la tristeza invariable frente al fuego,

llena de luz por fuera, hiel por dentro.

Y así vivir pidiendo siempre escusas.

Con la palabra DESASTRE bien marcada,

En el pecho y en la espalda, te la hincaron

Quienes “mucho te quisieron”;

Y la única salida el encerrarse acaparando vivencias,

Existires increíbles… tan ficticios y perfectos,

Crear incipientes formas épicas y líricas,

Tan inocente como un duro de los viejos.

Y así pasaron las Lunas y los días…

Y cumplí con la vida en lo posible,

Fui tan normal que me sentí tan otro,

Que me sentí tan de mentira,

Que mi alma se minó de las llagas del desprecio…

¿Quién era yo?, y en un lodazal de arenas movedizas,

Buscando la salida me fui hundiendo,

Hasta que perdí flores y tallos, y sólo fui raíz,

Y desde entonces habito en el subsuelo,

Acostumbrado a la muerte civil,

Acostumbrado a carecer de amor,

Y recibir odio y mezquindad

Por las cuatro puntas

De la rosa de los vientos.