LOS AMORES MÁS GRANDES, NUNCA TERMINAN BIEN.

Antonio Rodriguez Bazaga

 

No supimos qué darnos,
ni siquiera quedarnos,
en nuestro paraíso regalado,
por aquella luna de ensueño.

Eras delirio de fuego,
en medio del pasto,
de quien deseaba quemarse,
por tu boca de tea.

Fuiste mi espejo,
en la puerta de un castillo,
donde yo me miraba,
y veía una ruina.

Desnudábamos al amor,
con la risa placentera,
de dos locos prodigiosos,
con la ropa puesta.

Nos enseñó la vida,
que no puede quererse más,
a quien precisamente,
se ha querido tanto.

Yo puse un verano,
tú la lluvia,
los dos un atardecer,
frente a un mar de naufragio.

Y las prisas marcaban,
carreteras en el cielo,
andenes en las cunetas,
de trenes sin retorno.

Devoramos la mentira,
mintiéndonos como siempre,
simulando los dos,
juntos para siempre.

Ahora solo me queda,
soñar que estás bien,
que sigues tan genial,
que aún me quieres.

Bueno...
... tampoco estaría mal,
que un día de primavera,
sin que tú bajes los ojos,
cruzarme contigo.

a.rodríguez.

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Comentarios1

  • Nelly Castell

    Muy bueno, pero el amor cuando termina siempre termina mal.



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