- SOLITARIO -

Una triste luz reluce
justo delante, a diez pasos.
A cada paso te nombro,
a cada paso te llamo
y digo a gritos tu nombre,
aunque nadie va a escucharlo.
Las olas del mar entonces
contra la playa rompiendo,
producen un ruido extraño.
Parece que están diciendo...
¡Solitario!....¡Solitario!

Probé el cáliz dulce-amargo
que me ofrecía tu alma
y en tu valle floreciente,
descargué todas mis ansias.
Pasó el placer como un rayo
atravesando la clara,
tarde de lluvia y de sol,
de sonrisas y de lágrimas.
Te fuiste y quedó la estancia
repleta de tu fragancia,
se ha quedado para siempre
en tu casa tu fantasma
y a veces hasta me grita
desde dentro del armario:
"¡Solitario!....¡Solitario!"

Solitario, en solitario corazón que se devora
días de ausencia y silencio, ilusión que se evapora,
alma rasgada y dolida, por la inferencia sorda
¡ay pena que duele tanto!, ¡ ay pena de todas horas!
en creciente va el delirio, sed milenaria que ahoga,
solitario,solitario repite el eco que llora.

De entre dos elegí un día yo un camino,
pero nunca me ha llevado a mi destino,
si era o no el camino equivocado
ahora mismo ya me tiene sin cuidado.
Puse mi corazón...puse mi mente,
pero no puse mi alma en el empeño.
Un día se enteró la mala suerte
y desde entonces vivo en un mal sueño.

De mi alma surgen hoy estas palabras,
de mi alma que entre versos te habla
de todas las cosas que otros se callan.
Mis palabras surgen igual que un bramido
que a veces queda adentro reprimido,
pero que surge en forma de poesía
del interior de mi alma cualquier día,
para poder contarte la verdad a gritos
y que no creas en absurdos mitos.

La soledad sonríe y se queda a tu lado
cuando lavas la ropa, cuando friegas los platos,
cuando a solas remiendas tu corazón rasgado
cuando cubres tu cama con ese manto blanco de algodón fresco y puro
que huele a tu cabello a tu cuerpo cansado.
Lágrima en solitario que en la noche hace estragos
y es la gota que ahonda el pozo de tu llanto
en solitario llama, escucho su reclamo,
juntos sobrevivimos en este eterno ocaso.
La soledad es todo lo que abrazan los brazos,
me lo contó lo intenso dolor desesperado,
la cruel desesperanza ese canto callado
que entre cuatro paredes agoniza de espanto.

Aquella fotografía
con los ecos de un pasado,
donde afán no fue escuchado,
foto, ¡no es tuya ni mía!
Es un cartón que muere cada día
es la agria fragancia de mi calvario,
también mi ultimo santuario
prueba de ayer y el presente,
que mientras estás ausente
la foto adorna el armario.