¡Salud!

Garvel

¡Salud!

 

Huelen a todo y es raro encontrar una butaca vacía y sí lo está, en más de algún momento fue arma y víctima. 

Una señora de colores con sus teclas suena sin cesar y su función cierra, producto de las primeras horas de la madrugada y a consecuencia de las últimas batallas de trago tras trago.

Los filósofos hablan con sus penas y sus amores, los otros discuten de gallos mujeres y fútbol. Pesar me da las cortinas que bailan sin paso y sin peso pactadas por ese humo diabólico de los cigarros que perecen en bocas sucias y en los labios rojos y apacibles.

 

Esto es como un parlamento; Aquí alcanza el bufón que suelta sus mejores chistes junto con el hombre que se oculta en el confesionario más oscuro para conspirar en contra de los malestares autoritarios que invaden su cabeza.

No es raro ver a un hombre vencido y solitario construyendo ayeres con sus ojos melancólicos llegando a la nostalgia, él se guía con esas ganas desahuciadas de medio pelo que ya sólo le sirven para pintar recuerdos entre sus ausencias.

Seguidamente vienen transeúntes nocturnos a quitar su mal humor debido al desconcierto de su insomnio...Bueno por supuesto que todos tienen por justificación el calor o la salida con los amigos del sábado, son sus razones. Las mesas son fieles testigos de los cadáveres que ya reposan en campos de cenizas y de vasos vacíos esperando la siguiente ronda, estas cuevas son museos de los mejores versos que un poeta podría dejar grabado en la nada.

Los subversivos en la esquina del fondo negocian estrategias y del otro lado los mafiosos definen que otro golpe dar, es la representación exacta del Arca de Noé, así lo dice el profesor que viene a vomitar su cansancio normalmente los jueves pasada la tarde, los viernes no puede pues el sábado todavía es día de trabajo.

Aquí salvan al mundo dan solución al tema de las crisis, construyen la paz, hablan de lo mal que va la oficina y aciertan en el próximo número de lotería...

 

¿Qué más voy a decirle desde este extremo de la mesa?

Yo vengo porque no tenía nada que hacer... al rato y cargo con mis propios pesares o incomodidades y quizás soy yo quien huele a toda estás rarezas reales y justificable, no lo sé, esto de hablar solo es un tedio.

 

 Permiso…Deme otra por favor.

 

  • Autor: Garvel (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 30 de junio de 2020 a las 12:08
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 21
  • Usuario favorito de este poema: Yamila Valenzuela.
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.