Llegas a ser como un veneno que no mata.
Sólo tienes de la coral que el alma me ha mordido,
su belleza de colores; y yo no pude percatarme
del ataque inesperado.
Eres veneno que circula velozmente por mi sangre
y llega al alma, porque sólo tienes de la coral
el encanto de sus tonos.
No hay hemólisis, ni edemas, ni dolores.
Hay un aire saturado de sentires y hay latidos
advirtiendo filigranas que antes no advertía.
He sido inoculado y hoy puedo escuchar
y mirar lo que antes eran sólo ruidos y manchones.
No te esperaba en mi vida… y te ignoraba, poesía,
y te encuentro hoy, que me has invadido y ya sin cura.
Me siento envenenado; me has mordido y has dejado
la marca profunda de los siglos, pues tú tienes
en tu esencia lo escondido y vital de las serpientes.
¡Y la única secuela trascendente que ha quedado
es mi cantar en armonía!
De mi libro “De esas letras pendientes”. 2018 ISBN 978-987-763-836-3
- Autor: Carlos Justino Caballero ( Offline)
- Publicado: 19 de febrero de 2020 a las 08:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Comentarios2
Es así la poesía atrapa y nos envuelve entre imágenes sensoriales y metáforas.
Fue lindo leerte.
Abrazos
Muchas gracias, Marcela!
¡Y la única secuela trascendente que ha quedado
es mi cantar en armonía!
.......................................
ES LA SECUELA QUE DEJA UNA BELLA POESÍA.
SALUDOS POETA
Mi gratitud, Alicia!
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