AMOR PROHIBIDO

 

Tantas veces nos cruzamos en miradas y caminos.

Tu presencia estremecía hasta el suelo que pisaba.

En las idas y venidas de los días, de los meses, de los años:

Me acostumbre a mirarte, a quererte hasta amarte,

Sabiendo a un que solo podía mirarte y nada más…

 

La sonrisa dibujada en tu bella apariencia,

calan mi alma con los dardos de tu mirar;

Mientras yo cabizbajo en mi mundo solitario,

Convulsiono en el dolor de mi presente destino.
Que mirarte puedo: de cerca o de lejos y nada más…

Nunca me negaste tu voz, tu mirar ni tu sonrisa,

Y ese disimulado amor que desprende en la amistad.
Acaricié yo de lejos tus fragantes primaveras,

perdiéndome en el basto jardín de tu mirar.

La realidad fatal me lastima. Pues sólo puedo mirarte y nada más…

Y te vi pasar así en nuestro cada día: siempre linda y muy bella,

observándote como una estrella en las noches de mi lejanía,

te convertí en la fuente de inspiración, te hice mi compañía;

me perdí en el universo de tu cuerpo, de tu voz, de tus miradas.

Pero solo es un anhelo, mientras te miro de lejos y nada más…

Y así pasaran mis días envanecidos,

mientras mis ojos contemplen las rosas en tu andar.

Tu jardín echará raíces en mis recuerdos,

transformará en versos dulces mi eterna melancolía.

Me Inspiraré…pero sabré que solo puedo: mirarte de lejos y nada más.

Y seguiré mirándote de cerca o talvez de lejos,

Como fruta prohibida del huerto de mi mirar,

cruzaré quizá al otro lado de este mundo al olvido.

Donde habitan los muertos o algún lugar del más allá,

al final este vivo o muerto: Sólo podré mirarte de lejos y nada más…