Si los niños pudieran convertir
A cada habitante deformado en sonrisa
La guerra no arrebataría golondrinas…
Volarían bajo un manto verde y dulce de cerezos
Entre restos de coches mortuorios
Mucho silencio a las siete menos diez
Opacando el recuerdo de los tambores
Sin olvidar ninguna pena útil claro está
Y reinventando los relojes como objetos de esperanza
En ocasiones habría que esconderse por el frío
Mas en tales circunstancias la nieve sería bienvenida
En cada patio colina y edificación
No por blanca o generosa sino por neutral
Dándole una oportunidad a las azoteas de vivir
En crecimiento a corto plazo
Libres al fin de criar ciertas aves y musgos
Indefinidamente y organizar fiestas
No todos serían ruidosas o…
Volátiles y sedientas de vino…
Al contrario de años anteriores
Se podría invitar a todo el barrio aunque diezmado
Ondeando banderas de colores
Rabiosos pero sin víctimas nuevas para llorar
Comentarios1
PARECIERA QUE LA ÚNICA PAZ POSIBLE ESTÁ EN LOS CEMENTERIOS.
DONDE HAY DOS SERES VIVOS CERCANOS HAY CONFLICTO DE INTERESES
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.