HORIZONTE UTÓPICO DEL TRANSEÚNTE

 

Soy un hombre con desordenes normales y no me sería fácil desertar de mí mismo porque estoy patrocinado por el viento,  ¡claro  no hay vigencia absoluta¡

Seguiré amando a esa mujer, no importa que haya descubierto  que todo ese cautivador  misterio suyo que me fascinaba,  ¡era  solo depresión¡

Seguiré creyendo con fuerza que un edificio es la séptima maravilla del mundo, que alguien llegará al poder y resolverá el caos

Seguiré creyendo que   el monte de piedad me  tiene piedad, pues no hay nada más existencial que la verdad, lo demás es pretensión humana

Estoy convencido que el concepto de “Universidad” es una  amplia concentración de reflexión crítica, pero solo es el concepto

Seguiré creyendo  que si lo que  se aprende  no tiene una aplicación en la realidad inmediata, es solo generación de pensamiento lirico, “ingenierías de consumo”, también que el pasado es una fantasía de la mente y el café descafeinado es solo para deshonestos

Ella es tan deliciosa que hasta sabe perfecta, “la cerveza”, porque cuando la necesidad aprieta el diablo manda y  el amor es un estado que uno inventa

Extraño tu mano derecha dentro de mi pantalón cuando manejabas rumbo al motel, me das miedo, de ese miedo pícaro

Mientras en Finlandia la ópera es el centro de la vida social y el tango es tan popular como en Argentina, no obstante  los argentinos no están enterados

En Japón el cerezo  Usuzumi ha vivido mil quinientos años intentando morirse cada cien, aunque  los humanos  no se lo han permitido sosteniéndole sus ramas, limitando el acceso a la  visita que ya suma  diez mil por día; ellos vienen a ver su desgracia, que cambia  de  color  sus  flores las que hoy  duran menos de diez días cada otoño y recuerdan la historia de un resplandeciente rosado a un pálido blanco porque ya no es capaz de proporcionar el pigmento que de joven abundaba, símbolo que ha perdido casi toda su autonomía; el secreto del éxito es estar en quiebra y no tener miedo.