Canción Exultante

Guillermo2

 

Por qué me apasiona tanto la canción;

porque la música excita y la lírica descabeza.

Cuando la metáfora sonora infiltra la audición

como un tratado filosófico de la existencia,

se aglutina verso, sonido y colorismo intenso.

 

Dupla dorada de literatura y melodía,

doble revolución dentro y fuera del intelecto,

circulando por el físico y la imaginación apta.

Un himno exultante o una canción abrupta

representan sustancia y efervescencia.

 

La letra es un artefacto peligroso y burlón;

en su entente con la música robustece el alma,

sobreexcita emociones y activa vibraciones.

La canción por la voz humana, reverbera

y la mente queda aturdida ante tal bombazo.

 

Hay emoción mientras la expresividad fluye.

El significado oculto de cada lirismo

cuando su identidad transciende universal,

se dilucida más en la mente de cada oyente

que en la pulsión fantástica de su autor. 

 

La repercusión de la canción solitaria

se da en su despegue hacia el receptor

quien ampara la melodía intrusiva.

Decodificar tanta trova contundente

inhibe aun al mayor oído rítmico musical.

 

El descanso musicalizado es saludable,

la sonoridad penetra mientras se reposa.

La cinta sonora de la vida seduce 

a borbotones, chorreando armonías,

inundando la percepción en suave apogeo.

 

La canción nos sonríe y nos incita,

automáticamente se dispara sociable

y va a clavarse directo al cerebelo

que percibirá ese fonograma punzante. 

Esto es sensualidad sónica revitalizadora.

 

 

  • Autor: guillenes2 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de noviembre de 2017 a las 03:01
  • Comentario del autor sobre el poema: Simplemente me gustan las buenas canciones...
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 78
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