En tu boca, se hallan las verdades que el filósofo no encontró jamás.
En tus manos, la fuerza que los físicos no pudieron explicar.
En tus ojos, las galaxias que el astrónomo nunca comprendió.
En tu frente, los dioses que el teólogo en su vida podrá buscar.
En tus hombros, el jardín más hermoso que el florista jamás estudiará.
En tus pies, el más bello mar que el pirata ni se molestó en navegar.
En tus brazos, la pintura más preciosa y colorida que el pintor nunca podrá imaginar.
En tu cuello, el perfume más exquisito del mundo, aquel que ni el verano emana en el alba y el ocaso.
En tus piernas, la calma que el meditador nunca experimentará.
En tus mejillas, el fuego que el bombero no pudo apagar.
En tus párpados, la esperanza que necesita el indiferente.
En tus rodillas, la piedad que le falta al desalmado.
En tu pecho, la libertad que el criminal, en su estado, anhela.
En tu voz, la sinfonía más bella que el compositor jamás entendió.
En tu corazón, los misterios que el historiador se niega a aceptar.
En tu sonrisa, el amor y calidez que el pacifista no encontrará ni en un millón de años.
En tu alma, la poesía que el poeta jamás podrá descifrar.
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Autor:
Esoterismo&Amor (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 19 de octubre de 2017 a las 19:10
- Categoría: Amor
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: pakopancho, Rick Rodriguez.
Offline)
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