El Faro

Rogervan

Ella salía a la lluvia para sentirse tocada, era la única manera de olvidar su soledad, esa lejanía que le hacía caminar hacia el faro, hacia el pasado. El único lugar donde le aguardaba él, el único resquicio inmaculado.

Las decisiones son una red infinita que nos sepulta y nos mece, sus ojos poco a poco se retuercen, y sus pies desnudos y sonámbulos, le conducen al faro, al mismo sitio del pasado, donde revive el trauma, sus cicatrices y su llanto derramado.

Ella salía a la lluvia para disimular su máscara de lágrimas, aquel número de ocasos, que llevaba tatuados, en el alma, en su tiniebla cándida. Cruzaba el bosque hacia el faro, como un ánima, arrastrando cadenas, hacia el pasado, hacia su celda.

Las decisiones son un ardid de eternas consecuencias, que nos adormecen, y nos enajenan, y sus brazos cual penachos de ira, no se agitaban, y su mirada perdida se encontraba en la tormenta, y su piel azotada por recuerdos, le guiaban  al pasado, hacia el faro.

Ella salía a oír las olas para sentirse vibrar, como las arpas de los querubines de alas rotas, era la única manera de sentir, que no había muerto con él, aquella hora. Y mil veces fue allí, para besar sus restos entre las ruinas del faro.

Y al subir las escalinatas ella sonreía, como un cuervo alienado, y su mente repetía, la escena cuando estranguló a la esposa de él, con fruición, frenesí y desenfado, las mismas palabras del pasado:

“Vete con ella, si es amor lo que no me has dado”

 

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Comentarios +

Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Hermoso tu genial prosa literaria estimado poeta y amigo Rogervan
    Un placer leer tus versos...
    Abrazos de sincera amistad....
    El Hombre de la Rosa

    • Rogervan

      Agradecido de sus atenciones. Con seguridad coincidiremos en este espacio en otras ocasiones.



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