Mi musa

José Antonio Vilela Medina

Se acabó, simplemente no se presentó,

mustia se encuentran los pensamientos
que obligan al cuerpo estar indiferente.


Sentado apoyando sus brazos en la mesa,

con hendiduras y arañazos y alguno que
otro apunte fugaz, una lámpara, un papel y un lápiz.

 

Inclinando su cabeza hacia el frente
como para hacer una oración hizo una introspección larga y profunda.


Sintió la brisa del mar, esa brisa de mar con olor a una mañana de invierno que
le hizo despertar.

Volvió a su papel y su lápiz en el hizo unos trazo como tratando esbozar algún ensueño
o recuerdo, inconsolable en su deseo de plasmar algo nuevo, más inerte testa y mano,
se volvieron.


Reviso libros y apuntes y cuanto tuvo al frente,

 acaso le pidió al silencio unas palabras de aliento
y no cedió en su intento y él era de arrostrar al menor soplo de mal viento.

Era ya tarde y el papel tan albo como una de las Calas solo pudo escribir cuatro letras
simples y sencillas MAMÁ, y se dijo satisfecho ella es vida, ella es amor, ella es poesía.

 

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Comentarios1

  • Blancanieves

    Yo comparo a la poesía con el fútbol; al poeta con el futbolista; al poema con la jugada genial y, como hay tantos tipos de jugadas, (de dribling, sombrero, túnel, etc), estas serían los diferentes tipos de poemas que existen. El que enseña poesía, sería el entrenador/seleccionador. Las federaciones vendrían a ser esas instituciones que proponen los concursos poéticos. Su poema habla de un encuentro suspendido por la no presentación del contrario: la musa, (esa que obliga a la inspiración para poder ganar) Y usted preguntará qué opino de la MAMÁ... LA MAMÁ LO ES TODO; LA POESÍA MÁS PURA Y AUTÉNTICA, tal como lo ha dicho. Saluditooos !!!



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