Mañana de domingo

Nancy Ruiz Lee



Poco a poco el sol enciende su brillo

en esta mañana de domingo.

Despertar sin alarmas, ni relojes 

en una casa por el sol iluminada,

tibia, tranquila, serena.

Unas oraciones, para ofrecer el día.

Ducha larga, relajante, fragante, sin prisa.

Flores frescas en el jardín y en la mesa.

 

Preparo un abundante desayuno, 

se llena la cocina del

aroma de café que despierta,

de pan que alimenta,

de plátanos fritos, queso, frijoles,

y jugo de naranja recién exprimido

con delicadeza y cariño,

que se disfruta, al ritmo de los trinos.

 

Día de ir a Misa y cantar alegremente,

de pasear en bicicleta por las calles de piedra

y por los callejones 

de la ciudad que, despierta, 

sigue durmiendo su sueño de siglos

anclada en el pasado,

arrullada por tres volcanes,

cercada de cerros.

Y así, en esta mañana

sin estrés ni agonía,

lento domingo que presagia

el domingo eterno que espero

algún día, al llegar al cielo.

 

Nancy Ruiz Lee

 

 

  • Autor: Marina Luna (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de octubre de 2015 a las 23:57
  • Comentario del autor sobre el poema: Aunque hoy está lloviendo y aún es noche en Quetzaltenango, el Canon de Pachelbel en Re menor me hace sentir en mi tierra natal (ver foto), en una mañana lenta, en la que la ciudad se mueve con esa música de fondo y yo voy disfrutando cada cosa que hago. Un feliz domingo a todos.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 53
  • Usuarios favoritos de este poema: Poeta sin alma, Lissi.
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Comentarios2

  • Lissi

    Lindo domingo, con comida típica y admirando un paisaje sin igual desde las calles de piedra

    • Nancy Ruiz Lee

      Gracias por visitar mi espacio, querida Lissi, un abrazo.

    • sandor

      Mañanas de los domingos, tan iguales aquí, en la muy noble , heroica e invicta ciudad de Oviedo.., que es tu casa.
      Me encantó tu poema.
      Carlos

      • Nancy Ruiz Lee

        Gracias, Carlos, muy gentil de tu parte. El canon de Pachelbel siempre me ha hecho imaginar una agradable mañana soleada, de ahí viene el poema. Gracias por leerme. Algún día, cuando vuelva a cruzar el charco, iré a Oviedo. Saludos.



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