TOQUE DIABOLICO

juan maria

 “Antes de iniciar una venganza cava dos       tumbas”

Confucio

                                          TOQUE DIABÓLICO

 

 El pánico llegará inevitablemente por la noche y la cercanía de ese momento angustia sin sosiego todos los instantes de mi existencia.

Así es desde la primera y sorpresiva “agresión”.

Desde entonces mi suplicio comienza  a la misma hora en mi alcoba y allí permanezco paralizado y aislado.

Todo comenzó la noche del “ataque”, que llegó para quedarse. 

Cuando levanté las frazadas para acostarme nada me hacía suponer lo que iba suceder, todo era habitual.

En la mesa de luz “El Tiempo” me aguardaba y había un volumen de “El Jugador” de Dostoievski que hojeo en alguna oportunidad.

Los que estén advertidos de la personalidad del escritor ruso y sepan la causa principal de su eterna tragedia, conocen sin duda el significado de la palabra compulsión.

Soy un jugador de esas características. Y como al ruso, esa adicción me sumerge en dificultades en muchas ocasiones.

Cuando me dispuse a dormir, sin anuncio alguno la tragedia sucedió.

Pasé de la tibieza a un frío desagradable y el sudor helado  acentuaba el tiritar.

Percibía el silencio abrumador desde la oscuridad, empapado por la transpiración y desde la desesperación que me agobiaba

postrado como una marioneta con las cuerdas rotas.

Así, estando yo en ese obligado silencio, llama  de pronto mi atención un roce suave y extraño sobre la cama.

Era un chirrido como de uñas deslizándose suavemente por la superficie de las sabanas.

¡Arañas! Pensé en arañas cuando a la presión sobre la piel de mi cara la sentí como el apoyo de patas.

Todos los reservorios fóbicos que encerraba mi mente estallaron en una sensación de aracnofobía que me llevó a los  extremos de la locura.

Las pisadas eran pausadas, escocían y me producían repulsión.

No perdí la razón porque me sumergió en la oscuridad un profundo desmayo.

La maldición que me estaba aniquilando traía toda clase de pesadillas e ilusiones que las sentía como reales. 

Una afección cerebral, otra patología distinta, una posesión demoniaca?.

No soy religioso ni supersticioso, pero ya nada descarto.

Las posesiones satánicas han desvelado e intrigado a la curiosidad humana desde el fondo de los tiempos.

  En esas noches vacías y sin dimensión que comenzaron con la del “ataque”, perdido en la oscuridad trato de pensar para no perder la razón.

Acuden a mis desvelos recuerdos de viejas historias por lo truculentas y por lo obsesivas con las torturas, los miedos a la oscuridad y los sepultados sin haber muerto.

Como el “Entierro prematuro” de Edgar Allan Poe, que gira en  torno a la espeluznante posibilidad de ser inhumado vivo; eventualidad que resulta pavorosa por lo que tiene de posible, ya que existe realmente y tiene una patología y un nombre macabro: catalepsia.

Desde el día del “ataque” una y otra noche siguió ocurriendo la temible posesión por el desconocido poder.

No sé si es un sueño con apariencia de vigilia, un estado distinto de conciencia, o locura pura.

Entonces recibí el mensaje. Jamás había ocurrido algo parecido.

--”Te maldije, te maldigo y te maldeciré”, comenzó.

Y lo sentí en lo profundo de mi mente como un incandescente chorro, lo percibí como una avalancha empapada de profundo odio.

--”Y estaré en tu mente para torturarte por la eternidad”, continuó  la voz de ultratumba.

Era el grito de encono despiadado del hombre que compartía mi habitual mesa  de poker  y “financista” que ya se había apoderado de mi patrimonio, de mi destino y de mi alma.

Debí imaginarlo. La maldición era la revancha del hombre asesinado por mi propia revancha.

Y que muy sonriente jamás imaginó que era toxico--el brindis que le ofrecí-- en mi nombre y en memoria del viejo Dostoievsky…

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Antes de iniciar una venganza. Cava dos tumbas.(Confucio)

 

 

                                                          …

 

  • Autor: juan maria (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de agosto de 2015 a las 22:02
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 149
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