Al borde de una copa ya vacía,
vacila aquella pena somnolienta,
vencida por la etílica tormenta,
del vano funeral de una alegría.
Es un final de fiesta y bulería
que la desierta noche ya no alienta.
cuando el ansia frustrada, va sedienta,
a besar el cristal en su porfía.
Y morirá la noche con el día,
entre el vapor etílico y magenta,
que esparcirá fatal en la tormenta,
con trémula embriaguez esa agonía.
¡Ay, que vana es la pena por la afrenta!
¡Y que vano el confiar del que confía!
© Copyright: Edgardo Donato Díaz
"Letras del Face" Tomo 8
Editorial Dunken - 2015
ISBN 978-987-02-8247-1
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Autor:
Edgardo Donato Díaz (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 29 de junio de 2015 a las 12:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Blancanieves, Donaciano Bueno.
Offline)
Comentarios1
a veces nos perdemos en vino para olvidar, pero es cuando mas recordamos como lo describes en tu soneto.
saludos amigables
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