EL CAMINO DE LA VIDA

I.P.Mariblanca

                                                                (Recordando  "la Divina comedia"

 

Largos lustros anduve mi camino,

que mis pasos en la vida me empujaron,

otros tal cual yo, me acompañaban,

todos juntos y al mismo tiempo cada uno solitario.

Por millones llenábamos la senda,

que imposible fuera, de ésta forma recordárlos.

 

Cansado sentéme en una piedra,

que a la vera del camino se encontraba,

rodeado de frescor en la natura,

mi cuerpo de ésta forma relajaba.

Contemplo el vagar de varios miles,

que por mi frente,

lentamente deambulában.

 

Lleno está el camino de la vida,

para su égo, soluciones

cada uno se buscaba.

 

¿Qué haces descansando tan temprano?

Era muy bella la que así me lo increpába,

llegaba sonriente a mi destino,

altiva y bien formada.

Díjome marcando en sus labios la sonrisa.

¿Ya todo lo has logrado en ésta vida,

para dejar tu cuerpo descansar?

¡Eres hermoso y fuerte,

yo te serviré de guía al caminar!

 

Clavé mi mirada en sus pupilas,

y una pregunta en mi boca se expresó.

¿Que buscas en mi mundo, bella dama?

¡Ya ves que nada tengo en mi regazo,

solo mis ropas y mi cuerpo,

y ésta piedra en donde

mis lesos pies descanso!

 

Díjome, alzando con orgullo su cabeza.

¡Yo ansío la gloria disfrutar,

fama y honor me aguardan en las sombras,

ocultas, esperando hasta verme llegar,

y al punto, lanzarse en mi regazo!

¡Anda y sígueme,

compartiré contigo tanta dicha!

 

¡Gracias te doy hermosa dama,

prefiero un ratito descansar,

yo no persígo la fama

ni añoro un cómodo bienestar,

ya ves que nada póseo, tal cual dije.

Sigue orgullosa tu lánguido camino,

seguro que a otros muchos,

convencerlos podrás!

 

Se alejó tal cual llegara,

con candencióso caminar.

Tentado estuve en seguirla,

pues era hermosa de verdad.

 

Largo rato observaba,

a los seres caminantes,

unos lígeros y livianos,

otros cansados, con enormes

penas adheridas a su alma,

peso que apenas sí, podían soportar.

 

¡Hola hombre pobre!

Me increpó una rica caminante,

ataviada en sus vestidos

con el lujo más lozano,

alumbrada la figura,

con el brillo de sus joyas.

 

Mis ojos se metieron en los suyos,

de nuevo la pregunta,

en mis labios se marcó.

¡Qué buscas en mi mundo, bella dama?

¡Ya ves que nada tengo en mi regazo,

solo mis ropas y mi cuerpo,

y ésta piedra en donde

mis lesos pies descanso!

 

¿No sabes que delante de ésta senda,

se encuentran las ciudades más notables,

la riqueza, el lujo, el poder?

¡Anda acompáñame y compartirás conmigo tanta dicha!

 

¡No es de mi gusto el poder y la riqueza,

que a tantos llama a su lado reposar,

prefiero buscarme el pan de día en día,

paso a paso, como se hace la senda al caminar!

 

Una mirada incomprensible,

se marcó sobre su cara,

un rayo luminoso,

desde sus ojos a mi alma descendió.

Un reproche se insinuó sobre su boca,

y nuevamente en el camino de la vida,

altanera se alejó.

 

Siguieron transitándo tantas almas,

que el camino parecía rebosar,

ajenos algunos me miraban,

pasaban a mi lado,

absortos en su viaje,

que ni la sombra de mi cuerpo,

parecían observar.

 

En esto, llegaron hasta mí unos suspiros,

que del pecho de una joven se exhalaban,

su mirada dulce y luminosa,

con embeleso mi cuerpo contemplaba.

 

¿Qué haces sentado analizando,

las gentes su camíno recorrer?

¡No participas de la vida?

¿No sientes el calor en tus venas arder?

 

Alzando mi mirada ruborosa,

sus bellos zafiros encontró,

y sondeándo alegremente en sus colores,

nuevamente la pregunta,

mi boca anhelante y ambiciosa, la expresó.

¿Qué buscas en mi mundo bella dama?

¡Ya ves que nada tengo en mi regazo,

solo mis ropas y mi cuerpo,

y ésta piedra donde

mis lesos pies descanso!

 

¡Nada busco más allá de tu figura,

ya tranquila puedo descansar,

ya he hayádo lo que en ésta vida,

mi destino errante, me forzó a buscar!

 

¿Qué es ello? Azorado pregunté?

¡Amor! Me repondió.

Levanté mi brazo y asiendo los finos

dedos de su mano, contesté.

 

¡Sienta a mi lado tu cuerpo enamorado,

que yo bajo mi capa te recojo,

juntos andaremos el camino de la vida,

como uno solo, llevaremos

hasta el fin nuestros anhelos,

tú en mi apoyo, yo en tu apoyo!

Lánguida, sobre mi pecho

descansaba su mejilla,

los grandes luceros de su cara,

iluminaban de nuevo mi camino.

 

Ya de pronto la energía,

mi cuerpo atesoraba,

uncidos por la cintura

anduvímos largos días,

de cuando en cuando,

sobre la hierba descansábamos,

nuestro amor se hacía efectivo,

al calor de la tierra disfrutábamos

y con más ansia

el camino nos llamaba.

 

Amplio el sendero se abre,

anchas sendas se bifurcan,

en todas ellas se nombra,

con letreros lo que ocultan.

 

Hacia la derecha sale, "Ciudad de la Opulencia"

Muchos siguieron la senda,

que a ésta villa los llevaba,

alborozados, miraban con avaricia su lujo,

que poco a poco se acercaba.

 

¡Sigamos nuestro camino, 

nada de esto nos llama,

busquemos algo más digno,

que nos enriquezca el alma!

 

Así ella me decía,

apretada contra mí,

dulcemente arrebujáda,

cubierta bajo  mi capa.

 

Caminamos por el trecho,

que a otro letrero llevaba, "Ciudad de la Farándula".

El resplandor de aquella urbe,

de lejos nos deslumbrába,

famosos de todas artes,

sus calles las ocupaban.

Solo con mirar tuvímos,

la certeza más humana.

Aquello de tanto brillo,

más que acercar, alejaba.

 

¡Sigamos pues nuestra ruta,

que otros poblados vendrán!

¿Quizá siguiendo el camino,

surja otra oportunidad?

 

La senda menos seguida,

poco a poco se estrechaba,

a lo lejos nos seguían,

parejas enamoradas.

 

¡Abrazada a mi cintura,

sus ojos resplandecían,

es la ilusión que rebosa,

que desborda de emoción,

el camino de la vida!

 

Al poco nos detuvimos,

delante de otro sendero,

que un humilde letrero nos mostraba, "Villa Felicidad".

 

Con mis dedos cariñosos,

su barbilla levanté,

y sumergiéndome en sus ojos,

de ésta manera le hablé.

 

¡Alégrate de tu suerte y de la mía,

corazón enamorado,

buscábamos un lugar para vivir,

y ya por fín, amor mío, hemos llegado!

 

                                                             14h      27-3-2012

                                                Isidoro Pavón Mariblanca

 

 

 

 

 

  • Autor: I.P.Mariblanca (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de marzo de 2015 a las 17:45
  • Comentario del autor sobre el poema: Puede ser el camino escabroso que la vida nos hace recorrer, hasta llegar a un buen final.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 127
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.