El arco iris y el viento (Cuento)

Diaz Valero Alejandro José

Hace muchos años hubo una discusión entre dos amigos, el arco iris y el viento, de la cual surgió una inmensa enemistad que se fue acabando en los tiempos modernos, ya que los dos terminaron siendo nuevamente grandes amigos.

 

En aquellos tiempos, como en los modernos también, al nublarse el cielo para mostrar sus anuncios de lluvia, el sol era ocultado por las nubes y en el cielo esa oscura nubosidad cambiaba todo el paisaje, apagando los hermosos destellos del sol, el cual debía esperar que la tormenta finalizara para aparecer de nuevo.

 

El sol rabioso desde su escondite sólo esperaba que cesara la lluvia para aparecer de nuevo y recuperar su puesto de Astro Rey. Pero sucedía que después de la tormenta, el arco iris era el que hacía acto de presencia anunciando que todo había terminado.

 

Por tal razón el sol se molestó con el arco iris porque él pensaba que quién debía salir después de la lluvia era el rey y nadie más que él.

 

El arco iris le explicó que mucha gente se asustaba con las tormentas y que era necesario que sus colores hermosos agradaran para que retomaran sus vidas después de las fuertes lluvias.

 

También le dijo que él aparecía cada mañana y se retiraba bien entrada la tarde casi todos los días del año y que él solo salía después de cada tormenta, así que merecía ese lugar.

 

Pero nada le valieron al sol esas explicaciones y decidió perseguir al arco iris para expulsarlo de la Tierra y de esa manera ser quien apareciera después de las tormentas.

 

El arco sabía que el viento era muy brusco y acosador, pues desde arriba había visto cómo el viento derribaba árboles, agitaba al mar, hacía naufragar embarcaciones, tumbaba techos de viviendas y destrozaba los avisos publicitarios y los semáforos de pueblos y ciudades.

 

Por eso antes de que el viento lo azotara, decidió huir de su proximidad. Fue así como ese hermoso manto de colores huyendo del sol se dirigió a muchas ciudades buscando confundirlo y despistarlo, pero nada le funcionaba, el sol siempre lo descubría y seguía persiguiéndolo. Un día de tanto huir y huir el arco iris llegó a las tierras de la Goajira.

 

El ambiente le parecía muy inhóspito y pensó que el viento pocas veces pasaba por esas tierras porque allá llovía muy poco y el arco iris no tendría necesidad de salir.

 

De manera tal que esa situación era propicia para mantenerse escondido. Y así ocurrió, el arco iris decidió quedarse en la Goajira para escapar del sol, pero con los años sentía necesidad de salir.

 

Como llovía poco, tuvo que hacer un plan para salir sin que el sol lo notara. Fue en ese momento en que acudió a los carretes de hilo de la artesanía Wuayúu y pintó con sus colores todos ellos de manera que cuando las goajiras tejieran sus chinchorros, sus tapices y sus mantas goajiras, pudieran lucir sus colores por todo el mundo.

 

El sol con los años se dio cuenta que el arco iris se había convertido en el rey de los colores en toda la Goajira y decidió hacer de nuevo amistad con él.

 

Entonces en un trato de rey a rey, le permitió que asomara su cara por el cielo después de las tormentas, pero eso sí, sólo por un momentito y después que se fuera de nuevo a cumplir con su reinado en la tierra reseca entre chivos y cujíes donde el Wuayúu junto al colorido de su artesanía llenaba de alegría aquellas lejanas tierras del territorio colombo-venezolano.

FIN

-------------

Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Maracaibo, Venezuela.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios3

  • bambam

    Bello cuento amigo Alejandro, un placer leerte
    bambam

  • Beatriz Blanca

    Me recordó a las leyendas de los pueblos aborígenes que son tan hermosas. Es un cuento lleno de sabias lecciones amiguito.
    Un lindo martes con muchos arcoíris amiguito. Bea.

  • PETALOS DE NOCHE

    Que bonita composición narrativa ésta y muchas otras, siempre dejan una moraleja...



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.