Lleva la lujuria prendida a las caderas,
tensando cuerdas invisibles
que intentan virtualmente detenerla;
pero ella…
ella desanuda los adoquines
poniendo seguridad al ruido de sus tacones
soportando el asedio con orgullo contenido.
La mañana se desgaja sobre la calle
y diciembre huele a hembra…
a hembra que alienta,
decorando con curvas las ansiosas pupilas.
Ella, se aleja
suscitando toda suerte de miradas arrobadas.
Calle abajo, se siente aun el taconeo,
la fragancia inquieta,
y se adivina la silueta hermosa
plagando de sueños las vidas perdularias.
- Autor: Jesús Lantigua ( Offline)
- Publicado: 10 de agosto de 2014 a las 11:14
- Comentario del autor sobre el poema: No conozco al fotógrafo, ni a la modelo. Pero me encantó la foto.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 91
- Usuarios favoritos de este poema: nellycastell, El Hombre de la Rosa, la negra rodriguez
Comentarios4
Muy bella manera de describirla como solo saben hacer tus magistrales manos de artista. Te abrazo mi amigo querido.
Nelly, un abrazo y mi agradecimiento.
La espiritualidad adorna las estrofas en tu genial poema amigo Jesús...
Saludos de afecto y de amistad:
El Hombre de la Rosa...
Gracias amigo. Un placer saludarte despues de un tiempo sin contactar contigo. Abrazos.
Muy bella descripción. Un saludo
Y te ha sacado henmosos versos.
Me haces recordar un poema de una eciuatoriana que se llma "Elk hombre que pasa"
no has pasado por mi galeria viendo tu escudo
besos.
Gracias, por tu mensaje. Bueno, me gustaria leer el poema que dices. Vi mi escudo en tu galleria. Hermoso!!!! Gracias. Un beso.
EL HOMBRE QUE PASA
Es como un joven dios de la selva fragante,
este hombre hermoso y rudo que va por el sendero;
en su carne morena se adivina pujante
de fuerza y alegría, un mágico venero.
Por entre los andrajos su recio pecho miro:
tiene labios hambrientos y brazos musculosos
y mientras extasiada su bello cuerpo admiro,
todo el campo se llena de trinos armoniosos.
Yo, tan pálida y débil sobre el musgo tendida,
he sentido al mirarlo una eclosión de vida
y mi anémica sangre parece que va a ahogarme.
Formaríamos el tronco de inextinguible casa,
si a mi raza caduca se juntara su raza,
pero el hombre se aleja sin siquiera mirarme.
AURORA ESTRADA Y AYALA
ECUADOR
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