Los que fuimos antaño, niños felices, inocentes, en aquellos tiempos en que la inocencia no era una añoranza, reunidos, después de más de cuarenta años. Esta vez la muerte nos unía. Yo, desde mi rincón los observaba de lejos, los cuerpos vencidos, los cabellos blancos. Me imaginé ver rosas marchitas en lo alto de sus tallos, pero aún perfumadas por los recuerdos. Y esos recuerdos correteando por los pasillos del alma. Desde mi rincón te observaba, mi chiquillo de ayer, de dieciséis años, con tus ojos brillantes viéndome apasionadamente después de un beso inocente, y en mis cansados ojos de llorar años de amarguras asomó la niña de doce, ilusionada, que temblaba ante cada caricia, ante cada beso, ante la certeza que en su corazón, un amor puro y limpio como un capullo aún cerrado iba abriendose a la vida dulcemente. Pensé en tu partida y mi silenciosa tristeza, pensé, en todo el tiempo que siguió después de la despedida en aquella tarde de ese noviembre gris del 69. Una sensación extraña me recorría el alma y el cuerpo, pero mis ojos no brotaban llanto, solo pensaba. Bastó un quejido de alguien y empecé a llorar desconsoladamente. Luego de ello, camino al camposanto, en medio de tanta gente me sentía muy sola. Iba en silencio pensando, reflexionando, recordando. Cuando el cortejo se detuvo ante el lugar preparado para los funerales, te acercaste, me abrazaste, largo, fuerte, sentido y lloré en tu pecho, lloré por él, nuestro muerto, lloré por la infancia perdida, lloré lo que no pude llorar en aquel entonces. Lloré por ti, que me abrazabas a sabiendas que es lo único permitido entre los dos; lloré por mis actuales pesares, mientras tú me seguías apretando entre tus brazos y acariciando y ordenando mis cabellos, mientras me besabas la frente y la cabeza, sin palabras, dándonos todo en aquel abrazo de dos almas que alguna vez se amaron de la manera más pura, pero conscientes que ese, es un sentimiento antiguo, lejano que no está ni estará jamás vigente. Y éramos en ese momento dos niños abrazados, dos recuerdos abrazados, como una necesidad, como un lenguaje del alma. Luego, cuando todo concluyó, una mirada cómplice; luego, un último abrazo de despedida, di la media vuelta y caminé sin mirar atrás. El frío de mi alma se tornó en una cálida sensación al sentirme protegida por ese recuerdo. Volví a casa y mi alma volvió abrazada, sostenida… volví siendo “yo”
Como una golondrina
en busca de verano
en medio de una tormenta
quedó la ilusión de mi primer amor
con sus alas rotas
queriendo seguir tu vuelo.
Sé, que tú dejaste
el rocío de tus lágrimas
sobre la rosa que nació
de los furtivos besos
que nuestros labios se dieron.
Mi chiquillo de ojos brillantes
¡Cómo te recuerdo!
- Autor: CORONELA (cuartel) (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de junio de 2014 a las 02:00
- Comentario del autor sobre el poema: Un viejo escrito.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 130
- Usuarios favoritos de este poema: victolman, matteo, CARMEN, Cesar Zamora, miriam quintana, Yolanda Barry, Violeta, Miguek Rodriguez, Hugo Emilio Ocanto, soki, Edmundo Rodriguez.
Comentarios17
Hermosa combinación de prosa y verso amiga poeta, con un profundo sentir lleno de nostalgias y recuerdos... Tus sabias letras emocionan y cumple el objetivo deseado (se vive el momento)...
Gracias por darnos el placer de poderlos leer...
Abrazos mil.
Derramando nostalgia a raudales tu poema amiga Negrita
besos muchos
Bambam
Un escrito muy hermoso amiga.
Muy sentido y lleno de fuerza. Ese ver el pasado, ese añorar tantas cosas....
Un gusto siempre leerte Negrita.
Dios te bendiga siempre.
Kavi
Muy bueno tu poema tan sentimental, nostalgico. Senti ese hueco en el pecho. Te agradesco el ofrecerlo para poder leerlo. Mil bendiciones
Ay mi tocayita nos metistes de lleno en esa historia , volvimos a esa adolencencia , a ese primer amor puro y sincero que queda por siempre en el alma y en el corazón.A esos sentimientos que no moriran nunca y quedarán por siempre en la memoria formando parte de la vida . Un beso
Estos recuerdos, Negria, nostálgicos y puros, pueden reanimar la vida. Siempre en lindo volver *a ser yo*.
Que hermoso relato nos dejás, sencillo y real, donde dejás salir tus pensamientos mas íntimos.
Me gusta leerte, nos llevás siempre por diferentes historias.
Gracias por compartir un pedacito de tu vida.
Cariñitos a tu alma.
Hermoso y nostalgico poema mi paisanita bella, Morlaquita tenias que ser para tener tanto amor que entregar con fuerza y coraje, un beso mi coronela
Amor de un pasado que vuelve a un futuro y se estanca en el presente.
Poética historia narrada desde el sentimiento mismo y con ese poder de transmitirse y trasladar al lector a esos recuerdos memorables.
Besos Silvi.
Fantástico, bellísimo Negrita.
Un abrazo
es bellísimo tu escrito,que grato que lo compartes,un enorme abrazo.
capitana que le sucede que la siento tan distante ?
nada coronela,ayer me ausenté solamente,es probable que operen a mi hijo y en esas ando,en estudios,análisis y citas médicas,gusta acompañarme,si viera que divertido es..jajajaja....
Hay 19 comentarios más
VIEJO PERO BUENO COMO NUEVO...SENTIMIENTOS QUE REGRESAN EN JUSTO MOMENTO EN QUE SE PIENSAN..BESOS
jajaja es un deleite recordar jja
Todo lo que vives, me lo transmites, Silvi.
Es maravilloso lo que sientes, y queda grabado en cada uno que lo leemos.
Besos.
Hugo Emilio.
Hermoso y nostálgico amiga coronela, pero bello como usted sabe hacerlo.
Besos y abrazos.
Y nada mejor que el triunfo sobre nosotros mismos hermosa Coronela, me gusta, como me gusta esa voz tan tuya que derramas en cada escrito.
Besos
QUERIDA NEGRITA,
HERMOSO ESCRITO QUE NOS HACE RECORDAR ESE AMOR DE ADOLECENTES QUE NUNCA OLVIDAMOS. ME ENCANTO
BESOS Y ABRAZOS, SOKI
PRECIOSO, CUANTO MÁS AÑEJO, MEJOR SABOR
UN BESO, NEGRITA QUERIDA!!!
Querida Silvia ,
Me impacta el dolor ,
el sentimiento de la pérdida humana .
Bella entrega .
Mi cálido Abrazo .
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