- I -
En el principio todo era nuevo, nuevo de veraz
todos los paisajes parecían acabados de pintar
a tal punto que si uno los tocaba le quedaba el color
de su pintura untado en los dedos de niño.
Eran nuevas las palabras y tenía muy pocas
porque apenas había un puñito de ellas
y cada una tenía una acepción para el uso escaso
Ni qué decir de los sabores
cada uno era una fiesta de sorpresas,
sabor a guayaba, a papaya, y a cases
sabor de tortilla y la reina olla de carne
Y una constelación de legumbres y tubérculos
en la cocina de mi madre y la huerta de mi padre
ah, y el aire mensajero llevando sonidos y aromas
unos agradables y otros mejor no digo.
Eran nuevos los gestos, los misteriosos mensajes con los ojos
las conductas solapadas en el subtérraneo de las palabras.
Iban y venían los días de escuela, de compras en el tramo
de traer la libra de carne de todos los días
de bañarse un día en el tanque y otro en el río
y salir a cazar con mi perra porque sí, sin necesidad
Sólo porque me salía un cazador del fondo del alma.
Los días iban y venían sin nombre y sin número
alrededor de nada y hacia ningún lado
No estaban bautizados o no hacía falta,
solamente se pasaba un momento eterno
parado uno en un peldaño de un tiempo.
Parecía que todo iba a ser así para siempre.
Pero las épocas, igual que las gentes, mueren
y se fueron los floridos cafetales
sembrados entre inmensas fincas de silencio
sala de cantos de pajaritos, de piapias y oropéndolas
Todo se fue, de repente fue quitada la escenografía,
y donde quedó todo, voy a menudo en el recuerdo.
- Autor: mario mena (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de enero de 2014 a las 01:07
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Miguel Vargas
Comentarios3
Saludos, hombre. Un gusto tu lectura y tu amable comentario.
Hermosa y preciada ha sido la lectura de tus letras amigo Mario Mena Mena
Saludos de sincero afecto de Críspulo
Amontonaste con tus manos un puño de recuerdos y bien atinados. Abrazos
Sí una especie de juego con el cual uno va al pasado, pasea, se sana y sirve para seguir andando.
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