Hasta que la muerte nos separe III

Héctor(micorazón)

 

La rutina de Byron era básicamente asegurarse de que el ganado salga completo y regrese completo al atardecer, luego inspeccionar meticulosamente el cacao y el café, que no tanga exceso de malezas, que reciba la debida fertilización, la cosecha y el secado, En ausencia de la lluvia se recurría a encender una bomba de riego para mantener la humedad necesaria en el terreno.

 

El 6 de Diciembre del Año 1972, eran las 5:00 h. de la mañana aproximadamente, se disponía Lida como todas las mañanas a preparar el desayuno para su esposo:

 

Las brazas que ardían en el pequeño brasero habían empezado a coger fuerza, el agua empezaba a hervir, colocó la sartén para hacer unos patacones rellenos con queso, (la especialidad de Byron),

- ¡Ayúdame Byron!, ¡auxilio!, ¡auxilio!.. Se escuchaba gritar a Lida que había quedado atrapada en la cocina por causa de la explosión

 

Él, que se encontraba en el cuarto ya preparado para las labores del campo, corrió hacia la pequeña cocina, y al llegar la encontró envuelta en las voraces llamas, la abrazo y con un impulso, con las fuerzas que salen desde el corazón, la lanzó fuera de la cocina. Ya había sufrido graves quemaduras, cayó bruscamente pero aun consciente pedía ayuda para su esposo.

Una desgarradora escena tenía lugar en Byron ( vestía ropa de poliéster, era lo que se usaba en aquella época), su ropa se había confundido con su piel, entre las lagrimas de dolor la angustia, la desesperación por ver el estado fatal de Lida y sus suplicas para que la ayuden.

 

Unos segundos nada más cambiaron esta mañana tan hermosa convirtiéndola en la mañana trágica y oscura.


Dos de los vaqueros esa mañana al llegar oyeron los gritos y trataron de apagar las llamas que habían consumido gran parte de la vivienda, tomaron a Lida y a Byron los subieron a la camioneta para llevarlos hasta el centro de salud en la cuidad, estaba irreconocible, su rostro, su cabello, su manos, todo era llaga y dolor. el viaje se hacía eterno, el camino impedía aumentar la velocidad, y ella solo llamaba a su esposo, quien lentamente dejaba de moverse, las quemaduras fueron de tal grado que murió en cuestión de minutos mientras eran trasladados.

Ella se quejaba adolorida y el corazón, el corazón era el más afectado, por la pérdida del hombre que le había amado honrando la virtud de amor entregado.

 

Ay, pero su corazón,

ahora era más herido,

estaba adolorido,

ninguna consolación

en lenta palpitación;

tan profunda su agonía,

porque este oscuro día,

sin avisar se llevó

la vida de quien amó,

y aún ella no lo creía.

 

Pero, allí, en su vientre, el ser que crecía mimado no fue importunado ni por el fuego voraz ni por el golpe que recibió su madre a salir disparada de entre las llamas. Una dicha en medio del llanto y lo trágico de aquel día, un día que jamás fue olvidado.

 

 

El hombre por amor dará la vida

cual Cristo redentor dio por el mundo,

sufriendo ya sus llagas sus heridas,

amando hasta sus últimos segundos.

 

¿Quién puede en tal tragedia hallar reposo?

sino por la semilla que plantada,

traerá en sus renuevos del esposo,

su gesto y su consuelo a la amada.

 

Siendo el brío de amor grande y sublime,

y con precio de joya bien tasada,

cual dinero que en oculto se imprime,

ha sido la virtud más falsificada.

 

Que ni siquiera lo delate mi estro,

si lo que siento jamás lo demuestro.

 

Lidia pasó seis meses internada en el centro de salud, durante los dos primeros tuvo que ser alimentada mediante sondas, pero se recuperaba satisfactoriamente, aproximadamente a los cuatro meses nació el pequeño  Byron, así le llamó, como su padre.

Todos se preguntaban cuales fueron las causas del terrible suceso, y ella solo recordaba las llamas nada más.  Pero, los vaqueros encontraron la causante de toda la odisea; Allí, debajo de la cocina, calcinada estaba el envase que había contenido veinte litros de gasolina, que había dejado el señor dueño de casa para el motor de la bomba de agua.

Los acontecimientos repentinos los cambios fatales, las tragedias que a diario se viven en el mundo entero, mayormente se deben al descuido, "una pequeña chispa basta para encender grandes bosques".

El amor ha encarnado en un hijo, todo cuanto habían deseado ellos.

Seis años después, volvió a casarse, ah pero, créanlo o no, él también ha sido cautivado por un amor noble.

Ha hecho de la vida de Lida una vida agradable, tranquila, como dicen los familiares "es un buen hombre" y yo añado, "un músico excepcional". La pareja ha procreado dos niñas y son la adoración de su hermano mayor, se llevan muy bien.

Aunque aún le duran las cicatrices, Lida  es una mujer feliz, (se los puedo asegurar) y de vez en cuando todos en casa recuerdan a Byron, que de no ser por él estos años que han compartido no habrían sido posibles.

Amor que entrega, que nada niega, difícil expresarlo, pero no imposible de cultivar si se hace con el alma, el corazón y la vida.

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  • Autor: Manny (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 14 de diciembre de 2013 a las 02:48
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 79
  • Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, El Hombre de la Rosa.
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Comentarios3

  • Yasser Berney Flórez Caraballo

    Simplemente... hermoso, es todo lo que te puedo decir hoy junto a mis sinceras felicitaciones por magna obra, querido y recordado amigo. Abrazos.

  • kavanarudén

    Querido poeta.
    Que hermosa historia de amor.
    Así es el amor, capaz de dar todo por el otro, hasta la vida y morir también si no se está juntos.
    Gracias por este hermoso regalo y espero poder seguir leyéndote.

    Un fuerte abrazo de sincera amistad desde estas lejanas tierras.

    Kavi

  • El Hombre de la Rosa

    Gratificantes y hermosas las letras que has ecsrito hoy amigo Manny
    Un grato placer leerlo...
    Feliz fin de semana...
    Abrazos de amistad de Críspulo...



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