Me duelen las piernas del alma
de tanto correr hacia ti.
Tengo sed de un lago de tus lágrimas,
tengo hambre de un puñado de tus risas,
tengo la calma del minuto antes del bombardeo,
¿dónde estás?
Reflejo en mis pupilas agotadas,
llovizna madrugadora,
de tanto esperarte solo me quedan dos falanges,
dejavú que me atormenta,
recuerdo de cincel en mármol,
de cuero repujado en mis neuronas,
ectoplasma,
fantasma matutino,
voy a desarmar otra vez el reloj,
para apurar las seis de la mañana.
- Autor: La Pared del Barrio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2013 a las 17:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 144
- Usuario favorito de este poema: mariarl.
Comentarios2
muy lindo tu poema
La espera de la persona anhelada se torna agotadora...
Sentido poema, tormentosas lĂneas...
Saludos amistosos de
Peregrina
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.