Nubes

Alberto Moll

 

Hubo una blanca nube sublimada

‒nieve radiante

que mil rayos de sol atesoraba‒

aquella tarde,

joyero de promesas auguradas,

que, vigilante,

sus primerizos besos contemplaba.

 

Hubo nubes rosadas vaporosas

‒gasas festivas

que los vientos batían como olas‒

los largos días

de sus tiernas vivencias amorosas

en armonías

que hoy sus mentes guarecen y atesoran.

 

Hubo nubes de un rojo arrebatado

‒llamas ardientes

prendidas por un sol arrebolado‒

cuando, candentes,

gozaron en instantes desbocados

que, al fin, inertes,

les hundían en plácidos letargos.

 

Hubo nubes de un gris amenazante

‒nimbos plomizos,

de granizo y de lluvia rebosantes‒

que, en días fríos,

helados por enfados lamentables,

de un gris sombrío

tiñeron fatalmente sus semblantes.

 

Y hubo al fin nubes de negrura horrible

‒hoscos cipreses:

negra la fronda y negras las raíces‒

que acerba muerte

al amado portaron insensibles

y que, atrozmente,

hundieron a la amada en lo insufrible.

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Comentarios3

  • Edmundo Rodriguez

    Querido Amigo ,
    Y cada instánte fué disfrutado ,
    el caminar se hizo agradable .
    Abrazo .

    • Alberto Moll

      Muy agradecido por tu positivo comentario.
      Abrazos.

    • Alejandrina

      me encanto ..saludos desde el sur amigo, Alejandrina.

      • Alberto Moll

        Como es natural me alegro y es una satisfacción para mí que te haya gustado.
        Cordiales saludos.
        Alberto.

      • mariarl

        muy bello mi niño besos

        • Alberto Moll

          Muchas gracias por tu elogio. Eres muy amable.
          Besos.

          • mariarl

            besos para ti niño



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