William

Alma al aire

 

"Los campos de trigo no me recuerdan nada

y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos

dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques!

El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti.

Y amaré el ruido del viento en el trigo..."

- El Principito


Guillermo tiene

esa forma de mirarme sin mirar,

esa forma de besarme sin besar,

esa magia loca

de atarme a su boca

sin atar.

 

Guillermo tiene

unos ojos que a mi alma

de niña traviesa

hacen suspirar,

y al mismo tiempo,

risueños, pequeños,

sonrojan a la mujer

que bajo de mi piel

se asoma a contemplar.

 

Guillermo tiene

una bolsa de pasiones

y otra de libertad,

que a veces carga en el hombro,

que a veces en la espalda,

que mucho en el pecho,

que nada deja atrás,

y se transforma en un árbol

de raíces envolventes,

de frutos permanentes,

y frondosas verdes ramas

donde a su sombra

me siento a descansar.

 

Guillermo tiene

el pelo color noche

y todas las estrellas son

los besos que le pude alcanzar,

pero él también tiene

un sol dentro del pecho

y todos sus rayos son

las caricias que me faltaron dar.

 

Guillermo tiene 

ese poder incandescente

de aparecerse en mis sueños

y ponerse a bailar,

y de sacarme una sonrisa

cuando miro su foto

a pesar que de mis ojos

caigan ganas de llorar.

 

Guillermo tiene

mi corazón

que un día en un poema

se terminó de llevar,

y yo tengo su recuerdo,

yo tengo sus palabras,

yo tengo el amor

que una tarde como cualquiera

apartándome las penas,

supo despertar.

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