A MI BUEN HIJO, DIEGO ALBERTO

 

Son muchas las esperanzas, que tengo puestas en ti hijo mío y espero recibir siempre  noticias buenas, de ti

Tú no entiendes  que mi vida ha dado un vuelco, de ciento ochenta grados y te tomas á broma mi estado, de ser

Yo  te quiero más de lo que tú te puedes imaginar y te deseo junto á tú Elí que seas el hombre  más feliz

Pero tienes que comprender que mi estado real, aunque no lo parezca, está  en un punto muy delicado y  cerca en la vejez…

 

Pues aunque tenga 56 años solo, el diagnostico que se detecta en mis adentros, tiene muchas calamidades y tormentos

Parkinsonismo atrofia muscular multisistematica, rotura de los ligamentos de los dos hombros y mil depresiones, Dieguito

Y la esencia negra, la que hace que nos movamos y hablemos desde el ordenador del cerebro, se muere en mis, adentros

Por eso tengo los nervios ha flor de piel, no es que este loco desde que estoy malo, es la senda que me queda en mi vivir, hijito….

 

Así que las alegrías, me ayudan á que los días los llevé mejor, pero cuando oigo la música del tan, tan,  me vuelvo loco, sin remedio

Y me mata poco á poco, tú tienes la clave para el tiempo de vida que me quede, cien años ó mil, hijo de mí alma ten, mucha calma 

Yo te necesito y no te tengo, tus pasas de largo por la  autopista de tu casa, casi  sin apenas decir  palabra y eso  destruye, mi  sentimiento

En ti desde que naciste, puse todas las esperanzas de la ilusión y siempre has tenido y tendrás lo que necesites, eso lo sabes tú mi alma…

 

Siempre has tenido lo mejor en tu divina niñez

Todos los años, una bicicleta nueva te, acuerdas

Porqué  eres la ilusión,  que espero siempre tener

Para  enjugar contigo los años  y el día, á día…

 

Ahora cuando te veo, con tú Elí soy muy  feliz

Pero cuando pones  la música á mil, matas mi sentir

Y enloquezco en mil rabietas, de locuras en mí existir

Diego eres el hijo menor y por  tú  destino el más viril…

 

Espero que siempre, encuentres la llave  para abrirte camino,

En  este mundo tan distinto, al que  yo viví  en mí juventud

Ahora lo tenéis todo al alcance y á veces,  se llenáis  de egoísmo

Lo mejor que tienes es que ni bebes, ni fumas ni malgastas tu salud….

 

Con las drogas que los indeseables, tiran por los caminos

Para  hacer, que caigan los débiles, en la senda de sus vicios

Y tus eres ejemplar  Diego Alberto, para alejarte de esos, senderos

Por eso te aprecio más hijo y te quiero tú ya lo sabes, mí nervios….

 

Ten paciencia en todo tu andar por la vida, mí chupetas

Que tienes, lo que siempre te ha gustado, las mejores metas

En el trabajo y en el fervor  del cariño, el amor y las mejores tetas…

Esto es broma aunque sea verdad, ahora la broma vive en mis siluetas…

 

¡Y eso es porque  me emociono Dieguito, pensando en le felicidad de mi buen hijo, sigue por los caminos del amor y la alegría con tú Elí del querer!

 

             

                                                                  

Modesto Ruiz Martínez / jueves, 27 de diciembre de 2009