AJENO

Ya basta!...

ya no quiero que me beses,

ya no quiero

que me digas que me extrañas,

que no ves que quiero amarte

cada día menos.

 

Deja que mi corazón halle la calma,

no ves que es imposible que te ame

a ti, mi amor ajeno

deja que la paz vuelva a mi alma

que este prohibido sentimiento

no atormente mi conciencia.

 

Quiero aprender a renunciar a ti

y no me importa cómo

aunque con lágrimas de sangre,

sacarte de mi pensamiento,

de cada instante de mi vida

quiero dejar vacío de una vez

aquel espacio mío,

que llenas con ese gran amor

que me profesas.

 

Ya basta,

ya no quiero verte,

ya no insistas,

deja que el tiempo y que tu ausencia

poco a poco apaguen

la hoguera que arde aquí en mi pecho.

 

Más, no pienses,

no creas que por pedirte que te vayas

mi corazón ha de olvidarte,

que mi piel no reclame

la presencia de tus manos,

que mi boca no busque más tus besos,

que mi mirada se colme de nostalgia,

y que mis flores,

aquellas flores tuyas

se marchiten de tristeza.

 

Yo amado mío, seguiré siendo el ejemplo de decencia

el intachable modelo de conducta,

aunque por dentro sufra

el inmenso dolor

de tener que amarte a escondidas.

 

En cambio yo, mi amor ajeno

entrenaré a mi prudencia

obligaré a mi impaciencia,

a que calme su angustia

de tenerte conmigo.

 

Yo te amaré hasta siempre,

te adoraré en silencio,

siguiendo las leyes que nos separan,

por eso mi amor por ti será distinto...

sereno, pero irrenunciable,

cauto, pero sincero,

sencillo pero valiente y decidido.

 

Serás los amaneceres de mis días

estarás en mis alegrías y en mis tristezas

en mis sueños y en mis ilusiones,

serás la lluvia que me refresca;

mis flores,

aquellas flores tuyas,

darán colores a mi vida.

 

Mi corazón dispuesto al sacrificio

latirá con  infinita fuerza,

sabiendo que me amas,

saber que existes, es causa de mi dicha,

por eso a ti me entrego,

sin condición y sin reproches,

ya mi piel es parte de la tuya

ya de mi amor eres única dueña

y aunque en esta vida

estemos separados,

esperaré hasta esa otra vida,

aquella en la que al fin tu seas mía,

y podré al fin soltar las riendas

a estas ansias locas de tocarte

a esta desesperación de llenarte

con mi vida.

 

Al fin podré gritarle al mundo

lo mucho que te amo!