El alma se queda sin noches
tatuada por soles desnudos
acuartelados en pequeños muros
izando el pabellón del recuerdo.
Los mártires del tiempo
hallados en seudónimos,
emergen presurosos
como eslabones esgrimidos
en el adiós de una mirada.
El eco ausente de los días
elevó sus viejas anclas
para la marcha inevitable
de lo abandonado en las manos.
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Autor:
jaimen apolinar (
Offline) - Publicado: 3 de marzo de 2013 a las 11:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuario favorito de este poema: Sara (Bar literario).
Offline)
Comentarios1
hermoso tu versar Jaimen
abrazosss
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