Prisionera

Niña prisionera, celadora de su triste corazón, todo comenzó siendo un maravilloso sueño, su vida toda llena de ilusión, el tiempo siguió su curso, no perdonó los minutos, los segundos;

 

Su cuerpo fue creciendo, y también  creciendo fueron los problemas, el circulo se amplió, las responsabilidades eran nuevas,  llegaron las oportunidades y de un amor la ilusión, vino el dolor, la desilusión, el fracaso y el momento de tomar la decisión, todo se ha tornado una pesadilla de la cual no puede despertar.

 

Joven prisionera, hambrienta del deseo de ver su sueño hecho realidad, sueño lindo, sueño hermoso aquel que cuando niña la hacía sonreír, la hacía vibrar; pobre mujercita, su sed del éxito soñado quiere saciar.

 

Niña prisionera, celadora de su triste corazón, ella que anhela libertad es ahora esclava de sus pensamientos; ella que ansía volar es hoy prisionera de su cuerpo, prisionera celadora de su triste corazón.

 

La que de niña soñaba con la cima, ha paralizado su caminar, el camino es arduo, sus pies están heridos, sangran a cada paso que dan.

 

Niña alegre de sueños por realizar, joven fuerte de metas que alcanzar, mujer prisionera del recuerdo anclada a un viejo pensar, caminar contra el viento hace más pesado el caminar; remar contra la corriente hace más agobiante el remar.

 

Prisionera celadora de triste corazón, levanta la mirada, paso firme al caminar; rompe las cadenas que te atan y vuelve a soñar, vive, goza has tu sueño realidad.

 

 

E. Mendoza