ESCARMIENTO

No encontrare resguardo en los brazos de una persona.
No merezco tanto afecto. No merece quien no perdona.

El papel me escucha hoy, pero no está de mi lado
El problema es mi estupidez, ya mucho daño he causado.

Sigo yendo aferrado a querer a quien me ama,
Pero soy tan retrasado que no dirijo palabras. 

Por las noches la conciencia no me deja, y las batallas
Se convierten en heridas que abren vidas. Me amerito unas patadas.

Un demonio se acuesta y me abraza ya en la cama.
La cara me lloras la piel me habla y el carboncillo arde en llamas.

El dolor y la tristeza son mis tragos de cerveza
Pareciera ser adicto pero odio estas impurezas.

Las cobijas no me sienten, mis piernas se convulsionan
Pierdo el control de mi alma, solo el subconsciente razona.

Y entre cables y vivencias mi energía pierde potencia.

Tras la ausencia de mi cuerpo, solo la pluma ilumina.
Cuando el alma esta desnuda es cuando se acarrea más ruina.

Si las fechas me repasan, me aplastan y pisotean.
Si la cuna esta de pinta, niño canta y se marea.

El surrealismo me ha dotado de ver color e ilusión.
Realismo recuerda acciones de que me odio, y como soy.
Mientras la mente cubista me destroza el interior,
Un pintor hiperrealista me ocasiona aun más terror.

Si los pies que andan descalzos ahora los quiero amputados,
Y la libertad que busco se ha incorporado al pasado.
Los conductos eléctricos me han dejado trastornado.
Los enchufes y sus víctimas también me han repudiado.

La carne y mi anatomía son la basura de hoy día, 
La creación de la poesía no me quiere me abandona.

Y entre versos luna me habla para invitarme a pensar,
Yo acepto la invitación pero me quiere conquistar.
Caigo, me intercepto, creo que estoy en lo correcto,
Pero con el tiempo daña, me hace recorrer lo incierto.

Tras la cena mi abdomen flaquea, va recorriendo aceras.

La barrera que retiene el contenido de esta presa,
Cae sobre mi espalda y brazos también sobre mi cabeza.

Quisiera estar, quisiera ver, quisiera ser, quisiera oler.
Quisiera estar en el jardín de Edén en un atardecer.
Pero mi cuarto es vacio, oscuro, frio y grisáceo.

Mis uñas son color urbe y mis dedos son esqueleto,
Que podría yo merecer, que no podría yo perder
Si devoro mis palmas carnosas para saber si es que aun siento.