En un lío me metí

Conocí una mujer muy guapa y muy Hermosa,

y entablé una amistad como las que hoy hay pocas;

así nos seguimos viendo y ya hasta me hacia falta,

y si no lograba verla a su casa la llamaba.

 

Nos íbamos para el cine, para el parque o a la playa,

y los domingo  a misa porque allí ella rezaba;

a pesar de ella estar, más dura, que un tronco de caoba,

tan sólo me interesaba su amistad al correr las horas.

 

Un día me dijo ella, que su madre preguntó,

que quien era yo en su vida y ella le contestó;

“Es un amigo muy bueno, lo conozco de hace tiempo,

pero el negrito me gusta para pasar el invierno”

 

Entonces llegó una noche y la chica me  llamó,

para decir que su madre por mi a ella preguntó;

que me llevara a su casa, que quería conocerme,

a ver si era verdad que tipo de hombre era yo.

 

Yo accedí a ir a la cita y a su casa me dirigí,

y por pensar en voz alta en un lío me metí;

cuando vi a aquella señora, cual volcán me estremecí,

y sin detenerme en nada a ella le dije así.

 

Que buena está tu madre, esta más buena que tú,

y se enfureció cual diablo cuando le enseñan la cruz;

allí perdí su amistad y algo más que yo esperaba,

y me quedé sin la hija y quien iba a ser mi suegra.

 

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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita