Despues...

Después del tiempo que me ha perseguido

Que como un loco  de él he huido, Sonrío,

De las palabras que encuentras detrás del hombre sufrido,

No se puede describir en la poesía,

 Por ello mis pensamientos  se volvieron invisibles,

No quise dejar huella que fuera reconocible,

Me gustó ocupar el espacio, horizonte,

Pero me invadieron y se alejaron,

Ah…. Quizás fuiste como el aire,

No se observa ni se toca,

Solamente sabes que existe, porque respiras y te mantiene vivo.

Quizás solo sea el cansancio, y tenga que descansar,

A veces un sueño te vuelve  más fuerte para seguir…

Ahora mismo esta imagen se vuelto inmensa,

Como una sombra tras una tenue luz,

No existe el miedo aquí,

Donde las palabras forman murallas contra la ignorancia.

No necesitamos armas contra la inteligencia de un pueblo luchador,

Con su arma más poderosa, el amor a su entorno

Y el orgullo de ser parte de una patria única grande…

Aquí no existen barreras que limiten el análisis, el razonamiento,

Pues el miedo al tiempo se ha ido,

Solo quedan hipótesis de lo que fue el pasado,

Vivimos porque creemos que nos sobra combustible para vivir,

Fluye como la sangre atreves de nuestras venas,

 todavía no sé si es bueno mal gastar el presente,

porque he confundido entre niñez y madurez;

al fin concluyo que es mas hombre el niño, porque es feliz

y no aquel adulto que la busca sin encontrar.

Después de todo…

Quizás la utopía  solo es como el horizonte,

O como los colores del arcoíris ante nuestros ojos…

A medida crecemos nos volvemos ciegos,

Vamos llenando nuestro  alforja de la vida con material inútil,

Quizás exista un punto de equilibrio para vivir íntegramente

Entre un niño y un hombre adulto…

Somos como el rio…

Nacemos, crecemos  a través del tiempo,

Llenándolos de cosas inútiles que contaminan nuestro cuerpo.