Redimido en tu fuego.

Geovani

Noche que detrás de nosotros huye,

hacia nuestro reino, hacia nuestras luces,

va buscándonos de fuente en fuente,

luces sobre las torres enciende.

 

Noche que, junto con la luna, en la oscuridad se pierde,

mientras tu blancura de amor en mí se vierte,

sobre las aguas y el viento se vuelven

primavera, se vuelven invierno, suave como la nieve.

 

Aguas limpias caídas desde el cielo celeste,

bajo la ligera luz que nace cuando amanece,

llega a la ventana, ilumina un vaso y al agua que tiene,

se proyecta sobre la mesa, se desliza y en el suelo se vierte.

 

El sol, con lento caminar, sobre el campo se levanta,

mientras tu amor entre sueños se derrama,

silencio sobre la piel de mi cuerpo,

abrazado a ti, redimido en tu fuego.

 

Recostados y cubiertos por un romántico misterio,

almas que no se buscan, porque no se separan,

porque no dejan que se acerque el olvido, y mucho menos el silencio,

juntas siempre en la intimidad de las sombras,

cubiertos por el aroma del jazmín que ya nada pregunta...

 

Niebla oculta llena de olvidos,

se ha retirado, más allá de la fuente de los suspiros,

nos encuentra abrazados la mañana nueva,

nos saluda el río con su agua que camina lenta.

 

La que lleva las últimas luces de las estrellas,

se las lleva al mar, las derrama en la alameda,

el viento la acompaña, no se aleja de ella,

desde el ojo en el que ha nacido,

la acaricia mientras rodea las piedras,

la acompaña durante el caluroso estío,

aquél que durmió bajo la luna, aquél, que tal vez, aún no ha nacido.

 

Cerramos la puerta al mundo para vivir nuestro sueño,

el amor que llena los bordes, el que nos ilumina por dentro,

transparente amor, puro e inocente reflejado en el espejo,

llena la habitación, la alcoba como si fuera el viento.

 

Un amor que se vive como nunca,

bajo la luz del sol que se convierte a veces en luna,

acaricio tu rostro suave y te miro,

eres tan hermosa, tus ojos de tu amor me dan aviso.

 

Caudal de amor en el que va nuestro sueño,

una lluvia de un maravilloso estío,

nubes blancas que para ti han nacido,

ecos que nacen en el bosque traídos por el viento.

 

“Contemplación de tu belleza entre caricias, en la alcoba callada, aroma desprendido de tu piel, delicioso, fiel a tus palabras, corazones que por el amor se han estremecido, no dejan de amarse, rumores de voces con el aroma del vino, mirándome en tu mirada, en tus hermosos ojos, acariciando suavemente tu rostro, mañana de primavera en que vuelan las mariposas, ríos que suavizan la arena por la que pasas, estíos sobre el atardecer de España.”

  • Autor: Geovani (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de octubre de 2011 a las 02:46
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 167
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