Ella en aquella noche azulada,
con pasión el amor cantaba como en una travesía ciega,
cuerdas que jugueteaban los vestigios del ser,
se hundían columnas y salía lo inevitable,
en esa distancia corta entre el alma y el purgatorio.
Esa noche me dijo:
amor tus ojos abren mas mundos,
en el que mi nombre nombra absolutamente todas las cosas,
entonces si te amo
no soy yo,
soy lo que tus ojos y labios quieren que sea,
cuando te vi por primera vez,
allá sentada debajo de las lagrimas del cielo,
me contagiaba en tu ser,
como si tus ojos fuesen la paz que pido a grito,
entonces me rendía en el silencio que era tuyo,
yo era tuya,
y a pesar de esa distancia que únicamente nos separa lo invisible,
somos uno,
y las flores no son flores,
el sol no es sol,
las estrellas no son estrellas,
el cielo no es cielo,
el mundo no es mundo;
lo son si desde tus labios
a pesar del silencio tuyo, vuela tu alma,
como las palomas blancas que despejan el cielo.
Esa noche me habló tan fuerte acerca del amor,
que hasta el mundo estaba en silencio,
y nuestros ojos vinculaban fibras que nos hacían uno,
entonces también le dije: no existo amor mío,
calla que mi corazón arde,
siéntate no interrumpas,
no soy yo amor;
no existo
soy el papel que escribes,
el aire que respiras y exhalas,
las cosas que palpas y muerdes,
la fragancia que emanas,
la noche que te cubre,
soy de tu piel , de tus ojos,
soy tu mundo,
entonces también soy tuyo.
- Autor: amnesiacdaniel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2011 a las 00:18
- Categoría: Amor
- Lecturas: 63
Comentarios1
Las cosas no son lo que parecen. Buen sentido de pertenencia.
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